El vocero de la Presidencia Roberto Rodríguez Marchena afirmó que el aborto no es un asunto religioso, sino un tema de salud. Dichas afirmaciones responden a las opiniones de representantes de las Iglesias católica y evangélica, que afirman se estaría violando la Constitución si se acogen las observaciones parciales hechas por el Poder Ejecutivo al nuevo Código Penal para que se permita el aborto en los casos excepcionales cuando peligra de la vida de la madre, si el embarazo es producto de una violación sexual o incesto, o cuyo feto presente malformación.
Marchena observó, además, que el gobierno respeta las creencias religiosas de todos los dominicanos. “Esto no es un tema religioso, este es un tema de salud pública y de conciencia de las mujeres dominicanas, de quienes apreciamos su capacidad de decidir”, dijo y pese a estas frases aclaratorias, los pronunciamientos en contra de ese derecho, que es también un derecho fundamental reconocido en convenios internacionales suscritos por el Estado dominicano, y que ya es una realidad en la legislación de la mayoría de los países del mundo, siguen en algunos sectores.
Habría que ver, como dijo un comentarista, si los hombres, a quienes no les está concedido el maravilloso don de la preñez y el consiguiente parto, deben decidir por ellas, las que sí llevan a esa criatura en su vientre y siguen después… El presidente Danilo Medina no ha despenalizado la interrupción del embarazo, aun cuando República Dominicana es de los pocos en la región que mantiene esta legislación. Lo único que ha hecho el mandatario es hacer ver a los legisladores estas tres excepciones señaladas y, por supuesto, sería sabio y plausible para todos y todas que no vivamos una vez más el caso de “Esperancita”, cuya vida tal vez pudo salvarse si se hubieran adoptado decisiones a tiempo.
“Ninguna ley debe obligar a una mujer a parirle un hijo a un delincuente ni mucho menos, quitarle el derecho a un médico de salvar la vida de una madre que se encuentre en peligro”, aseguró en su cuenta en Twitter Medina, y, por favor, dejemos de dar pasos en “reversa”, que si siguen muriendo mujeres a manos de sus ex o actuales parejas, por malas prácticas médicas, por problemas aun sin solucionar de la salud pública, y encima por estas otras causas, absolutamente evitables, la sociedad dominicana llorará muchos lustros más el luto de esas ausencias irremplazables de la mujer, sobre todo las más pobres, que son mayoría.
¿Hasta cuando se pospondrá el derecho a decidir que han alcanzado las dominicanas “a capa y espada” a través de los siglos?
Salud Pública, no religión
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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