Colombianos protegen a tortugas marinas en costa caribeña

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Bogotá.-Unas tres mil tortugas pequeñas fueron liberadas en costas colombianas como resultado de un programa conservacionista que persigue monitorear y proteger los nidos del quelonio, así como a los recién nacidos, destacaron promotores de la iniciativa.
 
Pobladores del departamento de La Guajira con costas en El Caribe, participan en el proyecto iniciado hace siete años, el cual contribuye a la preservación de los antiguos habitantes del océano, actualmente en peligro de extinción.
 
Las crías son cuidadas de dos a tres meses, por integrantes de ese movimiento, quienes las liberan luego a orillas del mar, una vez sobrepasada su etapa más vulnerable.
 
Paralelamente al trabajo con las nidadas y los curiosos reptiles, la organización no gubernamental Campesina Ambiental impulsa una labor de sensibilización con los habitantes de ese paraje.
 
Hubo necesidad de adoptar acciones urgentes y sobre todo permanentes para erradicar la caza de las tortugas, su consumo y comercialización, prácticas arraigadas en el lugar, explicó Miguel Emilio Rosado, representante del grupo citado por el diario El heraldo.
 
Afortunadamente -dijo- esa costumbre desapareció del sector de Palomino, perteneciente al municipio de Dibulla.
 
En días recientes la agrupación devolvió a su medio natural a unos 400 ejemplares de esos animales, venerados otrora por antiguas culturas que los denominaban pescados con escudos.
 
El suceso fue presenciado por niños de la comunidad, quienes deberán continuar el trabajo de conservación, precisó Rosado.
 
Dibulla posee 18 kilómetros de playas donde anidan distintas especies de quelonios, allí 18 ecologistas dan seguimiento a los nidos, recogen los huevos y los siembran de forma artesanal en las dunas, finalmente liberan a las tortuguitas transcurridos más de 60 días de la eclosión, comentaron expertos.
 
Para los indígenas Wayú asentados en las proximidades del escenario marino los quelonios son símbolo de fecundidad y hermosura, según leyendas una niña integrante de esa etnia cayó al océano en tiempos pasados y se convirtió en tortuga, así que hoy son protagonistas activos de las tareas para cuidarlas desde su arribo al litoral de La Guajira.