¡Feliz 2015!

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Termina  2014,  y el pueblo dominicano respira sosiegos y desasosiegos. Sueños, promesas, decisiones, y ese propósito de seguir adelante, pese a todo lo que pueda obstaculizar el paso.
 
República Dominicana y las naciones del mundo entero tienen ante sí desafíos muy intensos, que de no cumplirse, conspirarían contra la existencia misma y en tal sentido hablamos del medio ambiente, de las guerras, de los usos y abusos de productos expedidos por la industria farmacéutica, que en vez de curar matan; de  la agricultura adulterada por plaguicidas y sustancias tóxicas que envenenan en vez de nutrir y mucho más…
 
Definitivamente, sufrimos y aprendemos. Por eso en esta despedida de un año más de existencia, hay que hablar de los momentos de luz y conocer cómo enfrentar los oscuros, esos que provocaron desvelos y dejaron claro que las voces deben alzarse, porque sin duda alguna, un mundo mejor es posible.
En la hermosa tierra quisqueyana, todavía la inseguridad alcanza niveles preocupantes y tampoco la lucha contra la corrupción ha alcanzado lauros. El presidente Danilo Medina, quien obtuvo “una hoja de ruta” colmada de oscuros pasajes, sigue enfrentando esta realidad, pese a su decisión de “hacer lo que nunca se hizo”.
 
De todos modos,  se divisan rostros firmes y palabras transparentes, de personas dignas empeñadas en lograr una sociedad mejor. En 2015,  habrá que vigilar de cerca los Compromisos del Milenio,  poner nuevas tildes y comprobar mejor por dónde andamos.
 
Ojalá las nuevas aulas nacidas de aquel batallar de color amarillo y la alfabetización cundan el país, y la pobreza deje de abrazar a una población que merece una vida mejor.
 
Esta bendecida República tiene que hablar ya de educación con calidad, salud, seguridad social, viviendas dignas, justicia, eliminación del narcotráfico,  entre tantos otros sensibles parámetros.
 
Esperemos un 2015 con mejor clima social, político, económico y en todos los renglones imprescindibles, para soñar con un año que pueda traer cosas buenas y como siempre decimos: alcemos las manos en señal de bendiciones y digamos unidos y con fe: ¡Muchas Felicidades!