Si aplicamos la Doctrina Duartiana dejamos de sufrir.
Los dos grandes males, la corrupción y la haitianización, me llevan a las experiencias de generaciones que nuestro padre nos relataba y las que estamos viviendo. Meditando veía al joven Juan Pablo Duarte que describe Enrique Patín Veloz en su libro: Duarte y la Historia. La página 117 contiene: lo que Duarte rechaza o condena:
1-La entrega o anexión total o parcial de la nación dominicana a otra extranjera.
2-La unificación o fusión de la nación dominicana con la haitiana.
3-Lo que lesione la soberanía nacional.
4-Lo que limite o perjudique el ejercicio de los derechos humanos.
5-La inmoralidad patriótica en todos sus aspectos.
6-Los gobiernos antidemocráticos
7-El oportunismo político
8-La inmoralidad política en todas sus formas
9-El enriquecimiento ilícito con la ayuda de la política.
10-El irrespeto a la ley.
11-El menosprecio político de la juventud.
12-Lo que beneficie a lo extranjero en perjuicio de lo dominicano.
13-Todo acto contrario a la concordia, la fraternidad, la unión de clases y la justicia social, en perjuicio del pueblo dominicano.
Así pensaba y actuaba el patriota, esto evidencia que el sistema político actual no está en armonía con la Doctrina nacionalista del fundador de la dominicanidad.
Hay que traer a Duarte, ser dominicano Duartiano. El Duarte único, guía para una patria prospera en plena libertad ciudadana.
Las declaraciones juradas de bienes de los políticos y las que se niegan declararlas nos presenta la distancia infinita entre el patriota y el político de intereses económicos. Duarte dio todo lo que tenía incluyendo lo de la familia. Murió en la miseria en Caracas, Venezuela.
Estamos perdiendo la patria hasta el extremo de que hay asentadas comunidades de ilegales haitianos. ¿Dónde está la responsabilidad asumida de vigilar y cumplir con la Constitución y leyes? Urge caminar, seguir las huellas Duartiana en un sistema político superior, hacer muchas cosas. Eliminar y evitar las debilidades de tolerancias que crecen y dañan en gravedad.
Invito a este recuerdo:
En Cannes, Francia 1953, en esas tardes de lectura en la biblioteca del ingeniero Don Félix Benítez Rexach, Villa Baggatelle. Deleite el espíritu con los primeros poemas y meditaciones del escritor francés Alphonse de Lamartine y se grabó en mi mente juvenil su sentencia: “Solo el egoísmo y el odio tienen patria, la fraternidad no la tiene”. En el Palacio de Versalles en una galería de fotos me detuve frente al lírico que me impulsaba a caminar en ilusiones. Lamartine. Celebre meditaciones poéticas e ideas liberales que escribió la historia de los girondinos 1847.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
Meditabundo: El mal, Juan Pablo Duarte olvidado
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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