Moscú.- Una temperatura cercana a cero grado centígrado, poco habitual en esta temporada invernal para los rusos, hizo posible una masiva concurrencia hoy a los baños en agua helada, desde la madrugada.
La sumersión tres veces en aguas gélidas cada 19 enero constituye el ritual milenario del baño bautismal o la Epifanía, inscrito entre las 12 festividades religiosas de la iglesia Ortodoxa.
En Moscú, al menos más de 100 mil personas, en su mayoría fieles, acudieron a los baños en los 59 sitios establecidos con la asistencia de la defensa civil y personal médico.
Para Vasili y Tatiana, los «baños del Señor» reconfortan el espíritu, renuevaN el alma y fortaleceN la salud, defendieron con vehemencia.
Acompañada de su hija, la pareja acudió anoche a una de las fuentes, a orillas del río Moscú, del lado del parque de Filí, donde se instaló un equipo de salvamento y un puesto médico con dos ambulancias, según constató en el lugar Prensa Latina.
Las personas defienden la creencia de que el agua helada por esta fecha -así como también la víspera de Navidad ortodoxa, el 7 de enero- «posee propiedades especiales curativas y de limpieza espiritual».
Pasada la medianoche de este lunes, cientos de moscovitas se congregaron, asimismo, en la fuente artificial instalada en la Plaza Revolución, cerca del Teatro Bolshoi y a pocos pasos de la Plaza Roja.
Muchos jóvenes y hasta niños pasaron por la experiencia de sumergirse al menos un minuto en aguas gélidas a la intemperie.
Algunos confesaron a esta agencia sentirse felices, fuertes y renovados después del chapuzón helado. Para la mayoría no era la primera vez.
En Plaza Revolución instalaron además una sauna, pues según criterio probado, el sudar primero ayuda al organismo a soportar la transición hacia una baja temperatura, sin riesgos para la salud.
El ritual no tiene reglas estrictas, aunque los creyentes ortodoxos se persignan en el nombre de la trinidad (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo) antes de cada inmersión.
Se considera en general un rito folklórico antiguo, parte de los siete misterios de los sacramentos de la Iglesia, interpretados como «reconciliación con Dios y de arrepentimiento». Es asociado sin duda al paganismo eslavo, como un sinnúmero de creencias y tradiciones rusas, en las que se estremezclan lo sacro y lo profano.
