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El 1 de mayo 1844 la Junta Central Gubernativa anuncia a Juan Alejandro Acosta como comandante de la goleta Leonor ir a Curazao a buscar a Juan Pablo Duarte y demás patriotas. La llegada al puerto de Santo Domingo el día 14 de mayo fue jubilosa.
El 31 de mayo 1844 los oficiales del ejército entregan a la Junta Gubernativa la solicitud para que Duarte sea elevado al grado de general de división, comandante en jefe del Ejército.
Solicitud: “Juan Pablo Duarte ha sido el hombre que desde muchos años está constantemente consagrado al bien de la patria, y por medio de sociedades, adquiriendo prosélitos y públicamente regando las semillas de separación, ha sido quien más ha contribuido a formar ese espíritu de libertad e independencia de nuestro suelo, en fin, él ha sufrido mucho por la patria, y su nombre fue invocado inmediatamente después de los nombres de Dios, Patria y Libertad, siempre considerado como el caudillo de la revolución. Verdad es que en el momento del pronunciamiento no estuvo con nosotros, pero eso prueba que más que encarnizada fue la persecución que hubo contra él”.
Juan Pablo Duarte es el dominicano que se dedicó a formar el espíritu de libertad en esta tierra y también el que ese amor profundo lo coloca en el gran sufriente por la libertad de todos nosotros. Nos sigue diciendo: “El amor a la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la idea de aparecer ante el tribunal de la historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes”.
Dominicanos seamos Trinitarios, entregar a la juventud este sagrado juramento Trinitario de amor al derecho natural de libertad.
“En el nombre de la Santísima, Augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro Presidente, Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, mi vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano, y a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor, en cuatros encarnados y azules atravesados por una cruz blanca. Mientras tanto, seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el mundo: si lo hago, Dios me proteja, y mis consocios me castiguen y la traición si los vendo”.
Nos preguntamos con humilde sinceridad ¿somos Duartiano? Construid el muro fronterizo de 360 kilómetros en honor a nuestro padre fundador de la dominicanidad.
Nuestro invitado de hoy Juan Pablo Duarte: “Mi pensamiento, mi alma, yo todo, no me pertenecía, mi carísima Patria absorbía mi mente, llenaba mi corazón y sólo vivía para ella”.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
Meditabundo: Seguir las huellas Duartiana
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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