La sociedad dominicana hubo de conmoverse profundamente cuando los medios publicaron sobre la mujer que se había querellado 20 veces contra su pareja sentimental, de quien finalmente se salvó de milagro.
Albaneris Silverio fue encerrada en una habitación por su expareja, Juan Carlos Martínez, quien de inmediato incendió la casa.
La madre de Silverio declaró que su hija se había querellado una veintena de veces contra Martínez, debido a los múltiples maltratos y amenazas de muerte. No obstante, afirmó que muchas de las órdenes de arresto y alejamiento no llegaban al agresor, porque debía entregarlas ella, personalmente, y temía que la matara en ese mismo momento.
En esta ocasión Martínez recibió la orden de arresto que Albaneris Silverio hizo llegar por medio de una tercera persona y fue tal su enfurecimiento que procedió a encerrarla, abrió un tanque de gas, roció gasolina y quemó otras tres viviendas, incluyendo la suya, ubicada en la calle 3 del sector de Los Salados, en la ciudad de Santiago de los Caballeros, segunda de mayor importancia en República Dominicana.
La mujer fue rescatada y llevada bajo protección de la Unidad de Violencia de Género y Familiar de la fiscalía local, y pese a las medidas de protección, evaluación y terapias sicológicas que recibe en estos momentos, la madre confiesa que el miedo no desaparecerá pues el perpetrador sigue libre y prófugo de la justicia.
Para una mujer maltratada canalizar la denuncia de violencia resulta bastante escabroso, pues debe seguir una serie de pasos ante los cuales a veces terminan abandonando el caso debido a gastos de transporte, la imposibilidad de que los hijos queden cuidados por otras personas familiares o amigas, y otro conflicto lo constituye para quienes trabajan, la solicitud de permisos a sus superiores a fin de canalizar la orden.
Cifras de la Procuraduría General de la República (PGR), exponen que la mayor cantidad de mujeres son asesinadas en sus viviendas, algunas de ellas incluso en presencia de los hijos. Sergia Galván, directora de la organización feminista Colectiva Mujer y Salud, ha declarado que “aquí los servicios de atención a los casos de violencia contra la mujer están colapsados; estamos hablando de alrededor de 80,000 denuncias que hay que procesar cada año y apenas tenemos 17 unidades para enfrentar todo eso”.
Según datos de las Unidades de Atención especializadas en violencia de género e intrafamiliar de la Procuraduría, en el año 2012 se recibieron 65,709 denuncias a nivel nacional, cifra que dijeron se había reducido a 52,791 en el año 2013, lo cual contrastaba con el hecho de que durante el mismo período se emitieran 65,625 órdenes de protección, casi 13,000 más que el total de denuncias reportadas. Solo en los primeros seis meses de 2014, ascendió a más de 67,000, número que supera ampliamente el total del año anterior.
La coordinadora nacional de las Casas de Acogidas del Ministerio de la Mujer, Gloria Peralta, reconoce que la cifra de feminicidios y violencia de género en el país amerita un número mayor de estos refugios, pues hasta ahora solo cuentan con dos y aspiran a que haya una en cada región.
“Si la Justicia, el Ministerio Público y la Policía Nacional hicieran los apresamientos en el tiempo establecido, habría menos víctimas y las sobrevivientes solo permanecerían uno o dos días en la casa. Hasta ahora nos ha costado lograr eso”, reflexiona Peralta e insiste en que la familia de la sobreviviente significa el soporte primero de las víctimas de violencia y que “muchas veces, cuando no se ha hecho la investigación a tiempo, no ha salido la orden de arresto, o la Policía no la ejecutó, ellas se desesperan y sus vidas peligran más aun…”
República Dominicana se sitúa entre los más violentos de la región. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) (2014), ofrece el análisis comparativo de feminicidios íntimos en 12 países de América Latina más España y Portugal, en el cual ubica a esta nación en el tercer lugar, con una tasa de 0.69 por cada 100,000 habitantes.
Las muertes violentas de mujeres en los últimos cuatro años muestran que la mayoría son adolescentes y en plena capacidad productiva y reproductiva. Un total de 108 muertes violentas, 13.58%, fueron de jóvenes con edades entre 10 y 19 años, y 372 de entre 20 y 39 años, equivalentes a 55.73%; según datos ofrecidos a por la PGR.
La encuesta Endesa 2013 enumera las cifras disparadas sobre violencia contra la mujer respecto a las divulgadas en el 2007. El estudio muestra que el 66% de las consultadas indicó que siente con mucha frecuencia temor de ser agredida por su pareja, dato que revela el impacto de esta problemática en el sexo femenino.
La no existencia en el país de un levantamiento de datos sobre los feminicidios con perspectiva de género, y fruto de investigaciones profundas, figura entre los factores que impiden un enfrentamiento eficaz contra esta “tragedia nacional”, como ha sido considerada la problemática.
Campañas de prevención, acompañadas de políticas públicas y programas efectivos; la necesidad de crear conciencia, sobre todo entre los hombres, sobre el respeto a la dignidad y la vida de sus parejas, y también en el resto de la sociedad, se proponen constantemente en el país a fin de desarrollar una mayor sensibilidad en todos los sectores frente a los feminicidios. También se precisa de una labor coordinada entre los ministerios de la Mujer, Salud, Educación, Cultura y Trabajo; así como la integración de los hospitales, primeros escenarios en conocerse los casos de agresiones y maltratos.
Se requiere del carácter punitivo, con una visión integral, que abarque las distintas dimensiones y manifestaciones de este tipo de violencia. La propuesta está contenida en un estudio de la Comisión de Ministerio Público de la Cámara de Diputados, reintroducida allí por la diputada Magda Rodríguez el 25 de febrero de 2014; además, la Comisión de Familia y Género del Senado también la estudia, aunque con variaciones.
Calvario denuncias mujeres pone en peligro sus vidas
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