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Meditabundo: Carlos Manuel de Céspedes, “Padre de la Patria”

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La disposición afable de la licenciada Mercedes Alonso, directora de este periódico, de regreso de la tierra amada, Cuba. Nos trae la presencia de la educadora, doctora en ciencias históricas, Premio Nacional de Historia, Francisca López Civeira, en su libro: 100 preguntas sobre la historia de Cuba.
 
¡Que excelente enseñanza!… era difícil detenerme en la lectura. La pregunta 22 de las 100, me animan e impulsan a leerla dos veces. Las preguntas enseñan a pensar y el pensamiento cultiva en general, especialmente las facultades humanas. Entro en meditabundo armonizando lo leído con nuestro patricio Juan Pablo Duarte. Las acciones nobles, personales, heroicas de Duarte y Céspedes, están esculpidas en el mármol de la historia de los benefactores de la humanidad.
 
Con el debido respeto a la doctora educadora, escritora Francisca López Civeira, entrego la pregunta 22. ¿Por qué se denominó padre de la patria a  Carlos Manuel de Céspedes?:
 
Es muy conocido el hecho de que Oscar, hijo de Carlos Manuel de Céspedes, fue hecho prisionero de los españoles cuando desembarcó para incorporarse a la guerra, y el Capitán General ofreció al padre respetar su vida si él deponía las armas, ante lo cual Céspedes respondió: “Oscar no es mi único hijo, lo son todos los cubanos que mueren por la libertades de la patria”. Oscar fue fusilado el 29 de mayo de 1870. Esta actitud de poner a la patria sobre todo, de pasar por el dolor de tener que escoger entre su deber con la patria y su condición de padre, de sentirse padre de todos los cubanos que morían por la independencia, le confiere a Céspedes esa condición de padre de todos. Pero no es la única razón.
 
Cuando, el 10 de octubre de 1868, en su ingenio de Demajagua, en Manzanillo, se lanzó a fundar un pueblo para la libertad y la independencia, cuando proclamó aquel día a la patria libre y, junto a ese gesto inmortal, declaró libres a los esclavos, fue el primero, fue el padre de esa independencia. Por eso Martí dijo de él y que aquel momento sublime: “¡La tierra se alza en montañas, y en estos hombres los pueblos!”.
 
El patricio es único, entrega el legado más humano y hermoso, su sangre, por el amor a la libertad de todos los hijos de la sagrada patria. Se hace lo mejor en el impulso sincero del bienestar por el pueblo bravío. Ese es el hombre entre los hombres. Hombría de libre elección sin ninguna coacción externa. No existe la grandeza, sino la búsqueda de la grandeza, esa superioridad heroica es la que nos hace libres.
 
Doctora Francisca López Civeira, vuestra enseñanza nos dice que la vida es digna de ser vivida, solo cuando se entrega junto a los hombres que aman la libertad. La vida no es solitaria, se vive, se lucha, se combate como doble alegría del hombre por el hombre.
 
Nuestro invitado de hoy Frank Guillparze: “Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos, es la mente la que hace al hombre libre o esclavo”.
 
* El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.

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