La televisión amiga elocuente, innegable de lo que acontece, entrega verdades que nos ponen a hilvanar ideas. He visto varias veces la “Patrulla Fronteriza”. Todo un sistema de los Estados Unidos de vigilancia, persecución y aprisionar a ilegales que logran cruzar la frontera muralla con Méjico.
Haití construyó la muralla que considera conveniente. Ejerce su derecho. ¿Por qué el Estado Dominicana por sus vínculos de distintas naturaleza, nacionalidad, culturales, jurídicas, etc. Y bajo su poder soberano que es común sobre todas ellas, no construye el muro fronterizo. Control Migratorio y aduanero? ¿Por qué no entender la avalancha de 40 mil ilegales haitianos solo en 40 días detenidos y devueltos por el buen cuido del Ejército Nacional? ¿Cuántos no fueron aprisionados?
No olvidamos que el doctor Joaquín Balaguer Presidente de la República nos alertó del plan que intenta la unificación con Haití. No debemos olvidar la historia, para no repetirla. Toda la guerra con Haití ha sido en territorio dominicano. Hoy nos invaden ilegales y las mujeres parturientas. ¿Puede la economía, salud y seguridad soportar estos males? Duele, duele, nos cuestiona que el sistema político de intereses económicos indiferente a Duarte y la historia permitirá la pérdida de nuestra dominicanidad. Dios-Patria-Libertad? ¿Será el negocio que unos lo tienen como lo esencial y no la Patria soberana? El intercambio comercial es natural, necesario, útil. Pero debe primero preservar el bienestar de la Patria. Ahí están las leyes. Cumplirlas. Es el sistema internacional. ¿Por qué no hacerlo? La razón edifica el bienestar, la vida en el cimiento del nacionalismo. Los acuerdos son necesarios, normales. Pero si el ojo de un Estado dice una cosa, su lengua otra y su corazón otra distinta, estamos ante una moral hipócrita. Eso lo dice la marcha turba, violación del consulado y quema de la bandera dominicana. Donde vive la hipocresía, ni sentarse creyendo lo bueno que allí pueda surgir. Hacerlo es colaborar indebidamente con el mal. Dialogar con Haití siempre los mismos resultados. Solución: Hacer otra cosa. Aplicar la ley migratoria.
Dominicanos nos urge darle vida, aplicar la Doctrina Duartiana. Veamos de soslayo algo de lo que nuestro Patricio repudiaba.
Lo que lesiona la soberanía nacional.
Lo que beneficia al haitiano en perjuicio de lo dominicano.
La no trasparencia contra el enriquecimiento ilícito con ayuda de la política.
El irrespeto a la ley.
Nuestro invitado de hoy Gandhi. “El mero hecho de reconocer el mal no sirve para eliminarlo. Hay que hacer todo lo posible para que no se produzca”.
“La conducta violenta es limitada y puede fracasar. La no violencia no conoce fronteras y jamás fracasa”. El Estado Dominicano está aplicando esta sabiduría. La transparencia lo explica. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
Meditabundo: Aplicar el sistema. “Patrulla Fronteriza”
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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