A los 31 años de edad, José Reyes sigue siendo el equivalente humano del inagotable conejito rosado en la publicidad de la famosa batería norteamericana.
Sin embargo, en esta etapa de su carrera, el torpedero dominicano ha decidido que es tiempo de controlar su acelarada forma de jugar con energía para reducir los riesgos de lesiones y aumentar el tiempo en el diamante.
En resumen, la bujía de la ofensiva de los Azulejos de Toronto Blue Jays planea ser menos rápido y más inteligente, para el beneficio de su equipo y su propia carrera.
«El año pasado confronté problemas al final de los entrenamientos y fallé las primeras semanas de la temporada, pero después encontré la forma de mantenerme en el terreno de juego, a veces con algunas pequeñas molestias, pero como jugador es difícil estar ciento por ciento todo el tiempo», dijo Reyes a ESPNdeportes.com en el campamento de entrenamientos primaverales de los Azulejos en Dunedin, Florida.
«Ya esos tiempos de José Reyes, de estar ciento por ciento cuando tenía 21 años, ya pasaron. Ahora tengo que buscar la forma de estar en el campo de una manera u otra», agregó el jugador.
Reyes, un cuatro veces Todos Estrellas y campeón de bateo de la Liga Nacional hace cuatro años, ha sido uno de los torpederos más productivos del juego cuando ha logrado evitar las lesiones. El quisqueyano batea .291 con tres lideratos de bases robadas y cuatro de triples en 12 temporadas con Mets de Nueva York, Miami y Toronto. En seis temporadas ha conseguido cifras dobles en dobletes, tiples, jonrones y bases robadas.
Sin embargo, Reyes solamente pudo estar al campo por más de 140 juegos en dos de las últimas seis temporadas, incluyendo la pasada, cuando se lastimó la corva izquierda durante los entrenamientos primaverales y se perdió las primeras dos semanas de la serie regular. Logró mantenerse en la alineación el resto del camino, bateando imparables en 110 de 143 juegos, lideró su equipo con 175 hits, 30 robos y cuatro triples y fue segundo con 33 dobles, 94 anotadas y 46 juegos de hits múltiples.
«El año pasado fue un buen ejemplo de eso. Después que regresé de la lista de lesionados, pude mantenerme jugando por 140 juegos y algo. Mi meta este año es jugar 150 juegos, si Dios lo permite», dijo Reyes.
«Creo que la energía no ha cambiado. La energía sigue aquí. Pero ahora soy más conservador. Antes era loco con mi corredera, llegaba a las bases y de una vez me iba al robo», dijo. «Ahora juego con más inteligencia. Saber en que punto el equipo necesita que me robe una base. El año pasado, con molestias en las piernas, me robé 30 bases, pero solamente me hicieron dos outs», apuntó.
Si puede jugar entre 140 y 150 encuentros, Reyes conseguirá algunas marcas redondas que comenzarán a definir su carrera completa.
El dominicano necesita 45 robos para ser apenas el cuarto jugador latinoamericano con 500 y 27 anotadas para llegar a mil. Con una alineación que tendrá detrás de él a Russell Martin, los dominicanos Jose Bautista y Edwin Encarnacion y Josh Donaldson, el abridor Reyes tendría la oportunidad de acumular cifras superiores a las del año pasado.
«Mi trabajo sigue siendo llegar a las bases. Con el equipo que tengo anotaré muchas carreras. Solamente necesito que Dios me de salud y los números llegarán», dijo Reyes, quien entre los torpederos activos de Grandes Ligas es líder de triples (114); segundo en hits (1,721), dobles (298) y robos (440), y tercero en anotadas (941), extrabases (521) y bases por bolas (462).
Antes de la lesión de rodilla que sacó al lanzador Marcus Stroman por todo el 2015, Toronto estaba bien ubicado en la dura carera que se avecina en la División Este de la Liga Americana. El equipo canadiense no ha jugado en la postemporada desde hace 21 años, después de haber ganado los dos primeros campeonatos de su historia (1992-93) en años seguidos.
«¿Más de 20 años?… se escuchó feo eso», dijo Reyes. «Estamos súper motivados. Ya que el año pasado, teníamos altas expectativas y creíamos que podríamos ganar, pero no pasó así y para nosotros cuando no puedes ganar con un equipo bueno es como un año perdido», agregó.
«Poniendo eso en el pasado, estamos en el 2015, con nuevas caras y una nueva armonía», dijo Reyes, cuya única experiencia de postemporada la tuvo en el 2006 con los Mets.
Sobre la lesión de Stroman, Reyes dijo: «Muy duro, muy duro. El año pasado hizo un gran trabajo en poco tiempo y este año lo tendríamos desde el principio de la temporada. Lo que le pasó nos hizo un hoyo bastante grande en la rotación y el equipo. Ahora necesitamos que algunos de los jóvenes que tenemos tapen ese hueco».
José Reyes: Menos rápido pero más inteligente
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