Las segundas partes generalmente no son tan buenas como las originales, y en el caso de LeBron James si su primer regreso a Miami para enfrentar al Heat el 25 de diciembre no fue perfecto, el segundo este lunes fue directamente olvidable.
«Cada partido presenta nuevos desafíos… tú aprendes de tus errores, de lo que hiciste bien y mejoras a partir de allí», dijo James tras anotar 26 puntos, 19 de ellos en la segunda mitad cuando el partido llegó a ver al Heat ganando por 25, en la derrota contra su ex equipo por 106-92.
James probablemente se imaginaba una noche mágica como la que tuvo su amigo Dwyane Wade, liderando a su equipo a la victoria con 32 puntos en 31 minutos, pero la realidad indicó que su rodilla derecha lo tiene a maltraer y lo mantuvo en duda para siquiera jugar en Miami.
«Fue una decisión sobre la hora del partido», dijo James, quien se ha perdido 12 partidos esta temporada, la mayor cantidad de ausencias de su carrera hasta ahora, pero para él no había manera de perderse el encuentro.
James encestó apenas ocho de sus 19 intentos y cuatro de sus ocho tiros libres en el partido. Los Cavs perdieron por 17 puntos con él en la cancha, un número que se contrasta con el +16 de Wade.
«Me sometí a tratamientos extensivos todo el día y me sentí bastante bien al terminar, así que decidí jugar esta noche. Yo necesito salir a la cancha por mis compañeros… Así es como es el asunto. Me duele todo, pero estoy bien», dijo el alero y referente de los Cavaliers.
Su entrenador David Blatt no quedó conforme con la actuación de su equipo en términos generales tras un partido que le puso punto final a una gira de cuatro partidos consecutivos como visitantes y una seguidilla que incluyó 11 de sus últimos 14 compromisos fuera de casa.
«[LeBron] ha jugado muchos partidos y estoy seguro que él estaba un poco cansado al igual que los demás. Además, él jugó lesionado y no fue peor que nadie más, pongámoslo de esa manera».
Mientras que Blatt le puso énfasis a que los Cavaliers se aferren al segundo puesto de la Conferencia Este como obligación primordial, LeBron escuchó las declaraciones de su entrenador pero eligió expresar otra filosofía.
Rodilla maltrecha o no, James no piensa llegar rengueando a la meta.
«Yo nunca juego por posicionamiento, simplemente déjame llegar a los playoffs. Siento que puedo ganar de local o en la cancha de cualquiera, tengo ese tipo de confianza», opinó James, quien por su parte cree que la palabra clave para el último mes de la campaña regular es «salud».
«Salud y química. Nosotros contamos con un grupo joven, necesitamos seguir desarrollando cohesión dentro de la cancha y seguir estando saludables».
LeBron: «Me duele todo, pero estoy bien»
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