El equipo que viene de disputar una Serie Mundial, en la que estuvo a 90 pies del plato de empatar el séptimo juego en la parte baja del noveno inning, no asoma entre los favoritos en las casas de apuestas.
Según las proyecciones de FanGraphs, los Reales ganarán 78 juegos y quedarán terceros en la División Central de la Liga Americana.
Los pronósticos agoreros no parecen mermar el entusiasmo a Ned Yost, el mánager que condujo a Kansas City a su primera postemporada desde el campeonato de 1985.
Kansas City se coló en la postemporada con un boleto de wild card, remontaron una desventaja 7-3 ante Jon Lester (a quien nunca habían vencido) en el choque de comodines contra los Atléticos de Oakland y avanzaron a la Serie Mundial al enhebrar una racha de ocho triunfos.
Se puede decir que ahora mismo serían los campeones de las Grandes Ligas, pero el pitcheo colosal de Madison Bumgarner les frenó. Su temporada acabó con un elevado de Salvador Pérez al territorio de foul por la tercera base y Alex Gordon esperando remolque en la antesala.
«Cuando llegas a estar tan cerca de ganar el campeonato y no logras conseguirlo, eso te deja un sabor amargo en tu boca», dijo Yost. «Es algo que te motiva, y creo que todo el mundo dentro del camerino te dirá que quieres llegar a lo más alto de la cúspide».
Yost suele mencionar su experiencia como coach de Bobby Cox con los Bravos de Atlanta, cuando ese equipo repetía como campeones de división año tras año.
