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La otra cara del desempleo

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Ricardo García, de 40 años, casado y con tres hijos jóvenes, llegó en estado grave a la emergencia del hospital Central de las Fuerzas Armadas, tras ingerir intencionalmente productos para la limpieza del hogar, con el propósito de quitarse la vida, debido a que lleva tres años sin conseguir empleo como técnico de aire acondicionado y la depresión que sufrió lo empujó a tomar esa decisión.
 
Lamentablemente, esta situación la viven miles de hombres y mujeres en República Dominicana, producto de la alta tasa de desempleo que registra el país. De acuerdo al Banco Central, en el 2014 ascendió a 15.6%, lo que significa que alrededor de 750 mil dominicanos y dominicanas quedaron sin fuentes de ingresos.
 
El estudio resalta además que en promedio, la tasa de actividad económica femenina en América Latina asciende a 49,8%, y una de cada tres no cuenta con ingresos propios. Asimismo, el tiempo que dedican al trabajo no remunerado es el doble del que disponen los hombres para ese tipo de tareas.
 
Esta condición para República Dominicana es aun más preocupante, ya que en mayo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), precisaron que el país tiene la tasa de ocupación y participación de las mujeres más baja de 15 naciones de América Latina y el Caribe.
 
Según la información suministrada por los dos organismos la tasa de ocupación de las dominicanas es de 34,2% y el promedio de los 15 países estudiados es de 46,3% en 2013.
 
En el caso de la tasa de desempleo femenino, casi duplica la masculina, con un 10,4% en 2013, mientras que la de los hombres fue de 5,05. El promedio de los países estudiados en 2013 es de 7,4% para las féminas y 5,4% la de hombres.
 
Suicidios
 
La cifra de personas muertas por suicidios entre enero y agosto del 2014 es alarmante. Según un informe de la Policía Nacional, el 87% de los casos son cometidos por hombres, casi siempre por causas que no son identificadas en las recopilaciones estadísticas.
 
En los primeros ocho meses de 2014, unas 410 personas se quitaron la vida, de ellos 356 fueron varones y 54 hembras, según datos oficiales suministrados por la Dirección Central de Estadística y Cartografía de la Policía Nacional a este Multimedios DominicanosHoy.
 
Los registros indican que por razones desconocidas 130 personas se han suicidado, de los cuales 111 fueron varones y 19 hembras. Por depresión 93: 82 masculinos y 11 féminas; pasionales 64: 55 hombres y 9 mujeres; salud 35: 34 hombres y una mujer; económicos 27, todos hombres; trastornos mentales 28: 25 ellos y 3 ellas; deuda personal 4 y por drogas 2 masculinos en ambos casos.
 
Desempleo en jóvenes
 
El 34% de los jóvenes dominicanos “ni estudia, ni trabaja”, según el informe dado a conocer por la Corporación Latinobarómetro, que los cataloga como la generación “Ni-Ni”.
 
En una actividad donde se presentó el informe “Reforma Laboral para la Promoción del Empleo Formal”, el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Manuel Díez Cabral, precisó que más de 660 mil jóvenes sufren esa condición, lo que es una bomba de tiempo social y un caldo de cultivo para la violencia y delincuencia que preocupa a toda la sociedad.
 
Como parte de su política de Estado, el presidente Danilo Medina garantizó la creación de 400 mil plazas laborales. En 2013, fueron creados más de 70 mil empleos formales, 40 mil de los cuales las generaron ejecutorias del gobierno. Paradójicamente el nivel de desempleo sigue en aumento, apunta Jacobo Ramos, presidente de la Central de Trabajadores Dominicanos.
 
Evidentemente, la falta de empleo no solo afecta la economía de las familias y del país, sino también la salud mental y emocional de los que a diario salen en busca de un medio para ganarse la vida.
 
Sin embargo, la otra cara del desempleo es el componente emocional que nadie presta atención ni evalúa, ya que los estudios solo se concentran en resaltar el descrecimiento económico de la sociedad.
 
Mientras tanto, este mal sigue enviando a las salas de emergencia a personas como Ricardo García, quien agradece a Dios ahora haber salido vivo de ese intento suicida.

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