El Gobierno chileno decretó zona de catástrofe en algunas regiones del desértico norte del país, azotadas por las peores lluvias en dos décadas que dejaron al menos dos muertos y que obligaron a las fuerzas armadas a tomar el control de ciertas áreas.
El inusual fenómeno climatológico provocó en algunos municipios, especialmente de Atacama, Coquimbo y Antofagasta, el desborde de ríos y aludes que arrasaron con viviendas, caminos y dejaron cientos de damnificados, cortes en rutas y graves fallas en la fibra óptica de telecomunicación en la zona.
Pasadas las 22.00 hora local (0100 GMT), el general de carabineros Marcos Tello confirmó el hallazgo de dos personas muertas en el pueblo costero de Chañaral, uno de los más azotados por los aluviones y lluvias.
«Esto fue peor que un tsunami, porque el tsunami viene y se va. Aquí llevábamos horas en los techos esperando un rescate», dijo Darwin Vargas, quien fue retirado desde el tejado de una casa en el pueblo de Chañaral, que fue sumergido en cuestión de horas.
Antes de viajar a la zona de catástrofe, la presidenta Michelle Bachelet dijo que había entre seis y 10 personas desaparecidas en Chañaral, pero con el correr de las horas la cifra se elevó a 24.
Los damnificados alcanzaban las 800 personas y los albergados superaban los 1.700, aunque habían muchas zonas aisladas y se desconocían la situación actual en pequeñas villas y piques mineros en la precordillera.
Las autoridades manifestaron su preocupación porque se esperaban de 15 a 30 milímetros más de precipitaciones hasta la madrugada del jueves, lo que podría producir nuevos deslizamientos de tierra.
«La situación es extremadamente compleja, está golpeando muy fuerte a la Región de Atacama. El informe que tenemos es que para las próximas ocho horas continuarán las precipitaciones en la zona de forma muy intensa», dijo a periodistas el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Lluvias azotan norte de Chile y dejan al menos dos muertos
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