El descaro y el descrédito en que ha caído el sistema político dominicano, ha sido tan grande que la población ya ni se asombra de lo que hacen o dicen los dirigentes políticos que tenemos en el patio.
Una de las más recientes aberraciones que hemos tenido que soportar los dominicanos, proveniente de funcionarios legislativos y municipales, de los Partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Revolucionario Moderno (PRM), es la que tiene que ver con la propuesta que éstos han hecho para que ambas organizaciones políticas los lleven en sus boletas para ser reelectos en los comicios del 2016.
Esa descabellada y desafortunada propuesta revela claramente las intenciones que tienen esos legisladores y alcaldes de continuar sirviéndose del presupuesto nacional, sin importar las consecuencias que todos debamos afrontar.
Además, esa errada propuesta, en el fondo lo que persigue es beneficiar a quienes han hecho del poder un botín desde el Congreso Nacional y los Ayuntamientos, promoviendo las practicas más deshonestas de la política como el barrilito, el cofrecito y las nóminas fantasmas que se pagan en los cabildos a gentes que ni están vivas.
Tampoco esa propuesta le conviene a los partidos políticos que representan a esos legisladores y alcaldes en esos poderes del Estado, porque en lo que concierne al PRM, un partido como ese que tiene que demostrar su poderío en los próximos comicios si se alía al PRD, en los niveles Congresuales y Municipales, hasta ganando saldría perdiendo porque los votos que obtendría se los atribuirán al partido blanco, ya que los electores de extracción perredeísta no dudaran en botar por el jacho prendido.
De hecho, quienes ha propuesto la alianza del PRD y el PRM, en los cargos medios, ni siquiera han pensado en el futuro de esas organizaciones políticas y nos hacen entender que tampoco confían en los liderazgos de quienes aspiran a la presidencia de la República y que lo único que persiguen es asegurar su elección en los comicios del próximo año para seguir disfrutando de las miles del poder.
Esos negociantes de la política no tuvieron siquiera la delicadeza de proponer un programa común de conducción de la cosa pública a los partidos que aspiran a representar en los cabildos y los ayuntamientos para que por lo menos se sienten a discutir la posibilidad de hacer un ejercicio serio y creíble que le permita a la población variar la percepción que tiene de la política.
Por el contrario, esa propuesta interesada y malsana, lo que ha hecho es crear mayores angustias y desesperanzas entre la población votante de la República Dominicana, que ha juzgado a los autores de la misma como oportunistas y vividores de la política, carentes de todo sentido del bien común y de la solidaridad con su pueblo.
Por suerte que sectores a lo interno de ambos partidos que han interpretado las acciones mal intencionadas de los que sin tomar en cuenta el futuro de la patria y de esas organizaciones políticas, rechazaron la aplicación de dicha propuesta por considerar que la misma castraría el crecimiento de los partidos y hundiría mucho más el sistema político nacional en la incredulidad.
Y lo más importante, esa propuesta de esos mercaderes de la política, impediría que los partidos y la sociedad dominicana se beneficien de los buenos dominicanos que aspiran ir al Congreso Nacional y a los Ayuntamientos, a servir con decoro, entrega y dedicación para resolver los problemas que ellos no han podido solucionar en seis años de gestión que llevan en esos poderes del Estado.
agendasemanal@hotmail.com
Oportunismo político Por Balbueno Medina
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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