Platón y Cicerón coinciden en que la Patria nos dio los medios de cultivarnos y que, por ende, tiene derecho a exigir para sí la mejor parte de nuestros talentos, dejándonos únicamente lo que ella no necesita.
La política es el horizonte de las posibilidades, no la arena de asuntos personales. Es la ciencia fundamental cimentada en la moral y no en la corrupción. Cuando se sentencia un No Ha Lugar se condena al Código de Pautas Éticas y se liberta la corrupción. No hay retrato que grabe mejor a una persona que su negación a lo justo.
El pueblo elige a un político en un cargo de responsabilidad y obediencia a la Constitución y leyes. Y este actúa de espaldas a los valores del Estado. La razón viene de Pitaco de Metilene: “El poder no corrompe, desenmascara”.
El sistema político de intereses económicos actúa contrario a la POLICRACIA. Régimen político en el que el poder está distribuido desde Locke y luego el que nació en un castillo y fue bautizado en París en los brazos de mendigo. Montesquieu. Elaboraron la teoría de la división de los poderes del Estado.
La democracia cuyo ejercicio es PODER ORIGINARIO, poder no derivado de ningún otro superior, no otorgado por ninguna autoridad más alta. El poder del Estado es PODER ORIGINARIO. Ahí están las doctrinas Duartiana y Boschista. Por eso el pueblo reclama tratar igual a los iguales.
En el aeropuerto de Texas (1966) compré una revista y leí un viejo adagio. “No importa cuanta leche se derrame, lo que importa es no perder la vaca”. En la política. ¿Es el apego al poder?
El sistema político carece de liderazgo de buenas costumbres, no expresa el sistema de concepciones e ideas superiores. Las acciones corruptas son automáticas debido al hábito de la prolongada repetición.
El Partido Revolucionario Dominicano ya no es como dijo el presidente doctor Joaquín Balaguer. “Son como los pájaros judíos que viven peleando y ponen los huevos en el mismo nido”. Hoy los intereses del negocio político separan y vende los huevos al otro nido.
Nuestro invitado de hoy Winston Churchill. “Los hombres y los reyes deben juzgarse por los momentos críticos de sus vidas”.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana
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