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Indiferencia Educación provoca calamidad escuela Gonzalo Reyes

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Las condiciones infrahumanas en la que  estudiantes de la escuela básica Gonzalo Reyes, del sector Los Algarrobos, en Villa Altagracia,  reciben docencia  aflige  a padres, profesores y comunitarios, quienes cada día ven cómo los alumnos se exponen a la inclemencia del tiempo para poder recibir el pan de la enseñanza.
 
La escuela está divida en tres partes, una enramada con piso de tierra, techo de zinc y paredes de cartón, dos en una casa prestada, y otra en la iglesia católica, las  precarias estructuras sirven de recinto a 150 aprendices de la tanda matutina y vespertina, quienes  tratan de ocupar su asiento con el propósito de no perder su año escolar, aunque  el ambiente no sea el propicio para absorber el  conocimiento  que sus profesores les trasmiten.
 
El baño, donde hacen sus necesidades fisiológicas, es un hoyo con paredes rudimentarias sin ningún tipo de higiene, lo que les pone en peligro de contraer enfermedades y expandir malos olores.
 
En principio, el plantel tenía varias aulas aptas para dar clases, pero fue desmoronado para construir una edificación  amplia y moderna; sin embargo, la obra  ha sido enviada al rincón del olvido por el Ministerio de Educación.
 
En ese sentido, la directora de la escuela, Saturnina Reyes, explicó que  al verse sin estructura física, la comunidad construyó una enramada y  una vecina prestó su casa  en construcción para que  la utilizaran.
 
Agregó que tan pronto la propietaria de la casa consiguió dinero para terminarla, pidió que la desalojaran, por lo que otra vez tuvieron que buscar refugio.
 
“Continuamos con las clases porque la iglesia católica nos prestó sus instalaciones como plantel,   asimismo,  la iglesia evangélica nos  cedió su patio para levantar una enramada y tuvimos tanta suerte que otra vecina nos concedió su casa  para seguir con el programa de docencia”, manifestó la maestra.
 
Reyes precisó que no pueden dar recreo porque los niños se dispersan, por lo que solo imparten clases de 8:00 a 11:30 de la mañana y de 2:00 a 4:30 de la tarde y cuando en algunas de las iglesias hay actividades tienen que suspender la docencia.
 
De igual forma, Zunilda Toledo, residente del lugar, comentó que le duele escuchar a los niños decir que  no son animales para estudiar en un lugar tan deplorable y que tienen derecho a un plantel digno, donde puedan sentirse cómodos.
 
Aclaró que cuando llueve las aulas  se convierten en un lodazal y cuando hace sol  es un calor sofocante porque el techo es de zinc, por lo que el nivel de aprendizaje es mínimo.
 
De acuerdo a la  profesora y secretaria de  la junta de vecinos Paz y Amor de Los Algarrobos, Rebeca Frías,  los trabajos de la escuela tienen más de 8 meses paralizados, por lo que han ido en comitiva y  enviado varias cartas al Ministerio de Educación, inclusive entregaron una personal al Presidente Danilo Medina, en una visita a ese municipio, pero todavía no han recibido respuestas.
 
Otro inconveniente que atormenta a  los profesores, es la lejanía  entre los planteles improvisados, ya que cuando llega el desayuno escolar deben dividirlo y enviarlo a un kilómetro de distancia,  por lo que temen que durante  el viaje se contamine con alguna bacteria  y cause daños a los estudiantes.
 
Los comunitarios y la asociación de padres y amigos de la escuela advirtieron que si  la obra no se termina cuanto antes, los menores  no concluirán el año escolar, ya que no van a seguir arriesgando la salud y el bienestar de sus hijos.

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