El Día del Trabajador encuentra a los empleados de República Dominicana en situaciones calamitosas, devengando un pírrico salario que ni les alcanza para pagar el costo total de la canasta básica y mucho menos para ahorrar con el fin de obtener una vivienda digna y sobrevivir ante tantos problemas económicos que les agobian.
Tras muchas reuniones, aun los sectores sindical y empresarial no llegan a un acuerdo sobre el aumento salarial para el sector privado no sectorizado, acorde a las necesidades actuales de los empelados.
Las trabas para que se de finalmente un pacífico acuerdo son innumerables por parte del sector empresarial, representado por el presidente de la Confederación Patronal Dominicana (Copardom), Jaime González, quien en la última conversación con el Comité Nacional de Salarios (CNS), argumentó que no habían recibido propuestas claras y tampoco se nombraron los delegados que serían los representantes de los sindicalistas.
Rafael -Pepe- Abreu, vocero de las centrales sindicales, aclara que se mantendrá firme en su solicitud de un alza de un 30% y acusa a los empresarios de pretender retardar el debate como una táctica tradicional.
Además de esta situación, la población asalariada se estremeció cuando los patronos anunciaron su deseo de modificar el Código Laboral, con lo cual se laceraban las conquistas obtenidas a sangre y fuego por los dominicanos.
Actualmente, los obreros criollos libran una batalla parecida a la del 1884, cuando en Chicago se celebró el IV Congreso de la American Federation of Labor, en el que se propuso que a partir del primero de mayo de 1886 se obligaría a los patronos a respetar la jornada de 8 horas y, si no, se iría a la huelga.
De no cumplirse las demandas de los trabajadores quisqueyanos, no queda más remedio que exigirlas mediante huelgas y protestas, con la esperanza de que así como razonaron aquellos patronos en julio de 1889, cuando la Segunda Internacional instituyó el «Día Internacional del Trabajador» para perpetuar la memoria de los hechos de mayo de 1886 en Chicago, y se respetaran los acuerdos establecidos, aquí también cedan al pedido de los asalariados.
Este origen reivindicativo y de lucha obrera se asocia con el primero de mayo, cuya celebración ha pasado por diversos avatares según el país y su régimen político. En la actualidad, casi todas las naciones democráticas lo festejan, mientras que los sindicatos realizan muestras de hermandad.
Durante el siglo XX, los progresos laborales se fueron acrecentando con leyes para los trabajadores, con el fin de otorgarles derechos de respeto, retribución y amparo social. En nuestro país esta fecha se circunscribe a la Ley 139-97 de Feriados Nacionales y Días no Laborables.
Esperamos que para el próximo año el panorama que vislumbre el proletariado dominicano sea más alentador y progresista, donde el nivel de vida y el salario esté a la altura de los tiempos y exigencias actuales.
Trabajadores reciben Primero Mayo angustiados
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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