Tras una corrección de su maestra y esta retenerle la mochila hasta que sus padres llegaran, un estudiante de 13 años se enfadó y le propuso a un compañero pagarle 200 pesos para que la matara. Después de pensarlo, el amigo renunció al pedido, por lo que el alumno decidió hacerlo con sus propias manos. Al día siguiente se presentó a la escuela con un cuchillo dispuesto a cumplir sus amenazas, luego de varios forcejeos la policía escolar logró controlar la situación y evitar una tragedia.
Por este hecho el menor fue sometido a la Procuraduría Fiscal de Niños Niñas y Adolescentes y mediante un acuerdo de ambas partes, el padre del menor se comprometió a llevarlo a terapia psicológica durante dos meses, firmar un libro de asistencia y tener mayor supervisión sobre la conducta de su hijo.
Este caso ocurrió en la escuela básica Jesús Maestro, ubicada en Los Girasoles, Distrito Nacional, donde los relatos de esta naturaleza son frecuentes, debido al poco respeto por la presencia del docente en el aula y la indiferencia ante su autoridad y liderazgo.
Otra pedagoga del mismo plantel que fue objeto de intimidación es Rafaelina Sosa, quien narra que un escolar se molestó con ella por prohibirle hacer bulla en el aula, lo que fue suficiente para advertirle que iría a su casa para romperle los cristales de la ventana.
“Ante esas palabras no me preocupé, pero una colega me dijo que no lo tomara a la ligera, porque el muchacho la había amenazado con tirarle una butaca y precisamente un día lanzó el asiento desde el segundo nivel, lo que pudo evitar por la alarma de los demás maestros”, comentó Sosa.
El profesor de Educación Física, Feliz Cabral, explica que es muy difícil lograr que un niño tenga una conducta adecuada cuando viene de un hogar disfuncional y es víctima de violencia intrafamiliar.
Sostuvo que esta situación preocupa a los docentes, por lo que tienen en agenda realizar una reunión con carácter de urgencia con los directores de distritos escolares, autoridades de la escuela y los maestros, a fin de buscar una solución a ese problema.
Pero la violencia en este recinto no solo se ejerce contra los profesores, sino también entre los mismos escolares, quienes en cualquier momento se van a los golpes.
Otro factor es el bullyng, donde el más indefenso se convierte en la víctima de un grupito que solo va a la escuela a divertirse y obstaculizar el aprendizaje de los que si quieren aprender.
Lamentablemente, el respeto y admiración que antes existía por el trabajo y vocación del pedagogo ha desaparecido, al menos en este centro educacional, a lo cual se agrega la descomposición familiar y social que se vive actualmente.
Violencia alumnos pone en peligro vidas maestros
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