La tristeza y la decepción se apoderaron de los filipinos tras la derrota de Manny Pacquiao en su publicitado combate contra el estadounidense Floyd Mayweather Jr., pero su pueblo sigue considerando al ícono del boxeo un héroe nacional.
Gimnasios y otros lugares públicos donde funcionarios locales mostraron la pelea al mejor de 12 asaltos de forma gratuita se vaciaron rápidamente después de que Pacquiao perdiese por decisión unánime de los jueces.
Herminio Coloma, vocero del presidente filipino Benigno Aquino III, dijo este domingo que «el país mantiene la cabeza alta en la admirable lucha de nuestro Puño Nacional».
Aquino dio las gracias a Pacquiao, que también es congresista, por ser «una inspiración para todos los filipinos que luchan contra los problemas de la vida para conseguir un futuro mejor».
Algunos aficionados dijeron que Pacquiao debería retirarse del boxeo mientras que otros sostuvieron que debería haber una revancha. Para miles en una plaza en Marikina, parte del área metropolitana de Manila, conspiraron contra el ambiente festivo no solo la derrota sino también un aguacero repentino.
En el pueblo natal de Pacquiao, la aldea pesquera y agrarian de Kiamba en la provincial de Sarangani, a la cual él representa en el Congreso, los aldeanos que no poseen televisor pudieron ver la pelea en el gimnasio municipal, con capacidad para 2,500 espectadores.
El vicealcalde Bogi Martínez dijo que la municipalidad mandó asar un ternero y un cerdo para servir a la gente.
Gane o pierda, las peleas de Pacquiao en el más alto nivel de competencia mundial levantan los ánimos de la población en medio de las penurias provocadas por la corrupción, una insurgencia separatista en el sur y desastres naturales como el supertifón Haiyam que dejó más de 7,000 muertos en noviembre de 2013 después de un mortífero terremoto en la misma región.
José Luis Nepomuceno, un empleado jubilado del Congreso, fue con su esposa al Complejo Deportivo San Andrés, uno de nueve lugares públicos habilitados por el gobierno para que la gente pudiera ver la pelea gratuitamente.
«No estamos en Las Vegas, pero nuestros corazones están allí con él», dijo.
Cientos de soldados y empleados civiles y sus familias vieron la pelea en instalaciones de la sede del ejército y cuarteles de todo el país.
El jefe del Estado Mayor, general Gregorio Pio Catapang, felicitó a Pacquiao, teniente coronel de la reserva, porque «dio lo mejor de sí, que es lo importante para nosotros. Hizo una buena pelea. Desgraciadamente, su oponente corría por todas partes», dijo.
Filipinas llora por derrota de Manny
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