La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), intentan insistentemente llamar la atención, porque “a nivel mundial, cerca de 186,300 menores de 18 años mueren anualmente en colisiones de tránsito o un niño cada cuatro minutos”.
República Dominicana debe prestar mucha atención a lo expresado por estos organismos internacionales, al resaltar que dicha tasa es hasta tres veces mayor en los países de ingresos bajos y que las lesiones por accidentes de tránsito representan la primera causa mundial de muerte entre adolescentes de 15 a 17 años.
Son muchos los datos que integra el informe de la OPS y OMS, como esos que resaltan que cada año fallecen alrededor de 20,000 menores de 19 años, más de 50 cada día, como consecuencia de lesiones causadas por el tránsito. Esta es la primera causa de muerte en niños de entre 5 y 14 años.
Asumir estrategias es más que imperioso, no solo en este periodo que marca la Semana Mundial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, desde el 4 al 10 de mayo, si no siempre. Aquí, los denominados fines de semana largos; feriados o de asuetos, dejan un triste y luctuoso saldo de muertes que incluyen menores, inocentes que pierden sus vidas por negligencia de los mayores, generalmente.
Diez estrategias fundamentales para preservar la seguridad de niños y niñas en las carreteras y calles han sido previstas, entre ellas el control de velocidad; la aplicación de las leyes para que no se conduzca bajo el efecto del alcohol; el uso de casco por ciclistas y motociclistas; su protección en vehículos con sistemas de retención adecuados; la mejora de su visibilidad en las calles; de la infraestructura vial; la adaptación del diseño de los vehículos; la obtención gradual del permiso de conducir; la vigilancia de los menores de edad cerca de las calles y carreteras y la atención adecuada si poseen alguna lesión.
Países de las Américas se han sumado a tareas de sensibilización, y República Dominicana no quedará a la zaga en un proyecto que enfatiza la protección de esa población tan vulnerable, los más pequeños de la familia, cuya seguridad está en manos de todos y todas. Somos responsables.
Responsables
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