Nueva York.- Sentada en las gradas de los parques de beisbol de pequeñas ligas a como 40 minutos de la Gran Manzana, Jacqueline Cruz y su madre vitoreaban con entusiasmo a Karl-Anthony Towns Jr. tras cada jugada, echándole porras al entonces jovencito y sus compañeros.
Cruz recordó cómo Towns se estrechaba, extendiendo las piernas para tomar una ventaja con cada tiro que los jugadores del cuadro hacían hacia la inicial. Alto y sobrepasando a todos los demás de sus compañeros y rivales, Towns Jr. era un monstruo en la loma, dominando los bateadores que le tenían miedo sin haber pisado la caja de bateo.
Cruz y su madre soñaban con tener un pelotero en la familia, imaginando un futuro en el cual el muchacho siguiera los pasos de los dominicanos que habían sobresalido en las Grandes Ligas.
Pero Towns Jr. tuvo una meta especial en su mente y poco a poco fue desarrollando un amor por otro distinto deporte, convirtiéndose en uno de los prospectos más codiciados por los conjuntos de la NBA, la mejor liga de baloncesto en el mundo.
«Recuerdo cuando Karl tenía como nueve años», relató Cruz en entrevista exclusiva con ESPNDeportes.com la noche del martes en la Gran Manzana luego de la celebración de la lotería del sorteo de la NBA.
«Lo veía jugar baloncesto. Como dominicano, quería que él jugará béisbol», continuó. «Pero cuando lo vi jugando baloncesto, yo dije ‘Pero mira a este niño, tiene esa delicadeza para el baloncesto’. Ahí fue que yo dije que él (teñía) algo (de talento) para el baloncesto. Se tuvo que dejar el béisbol por un ratico».
Towns Jr. no ha tenido que mirar hacia atrás tras el intercambio de una pelota blanca con suturas rojas por un pelota naranja y mucho más grande que valido la pena.
El martes aún estaba posicionado más cerca de ser elegido entre los primeros dos o tres jugadores en el NBA Draft el próximo 25 de junio en Brooklyn. Los Minnesota Timberwolves, el equipo con el peor registro en la NBA, ganaron la lotería de draft. Los Los Ángeles Lakers tendrán la segunda selección y los Philadelphia 76ers erigirán en la tercera plaza. Luego de haber apoyado a Towns en su única temporada en el baloncesto universitario con Kentucky, escuchar la voz del comisionado, Adam Silver, pronunciar el nombre de su hijo en cinco semanas desde el podio del Barclays Center será un sueño hecho una realidad.
«Es algo que yo pensaba que podía suceder y ahora está sucediendo. Es un cosa inmensa», exclamaba Cruz. «No pensé nunca que llegara a este momento y le doy gracias a Dios que ha llegado».
Madre de Towns, feliz por su hijo
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