El memorándum de cooperación jurídica firmado por los procuradores generales, Francisco Domínguez Brito y Andrzej Seremet, representantes de los ministerios públicos de República Dominicana y Polonia, respectivamente, además de significar un fortalecimiento de los derechos humanos y al combate de la delincuencia, representa el triunfo de la verdadera justicia que nutre la fe.
Es que, aunque la iglesia católica de Polonia haya pedido perdón a los menores abusados sexualmente por Józef Wesolowski en la República Dominicana, por ejemplo, y a sus familiares, hasta el propio secretario del Episcopado polaco, monseñor Wojciech Polak, aseguró “que pedir perdón es lo mínimo que se le debe a las víctimas”, asumir acuerdos bilaterales para el combate de los delitos cometidos por pederastas devendrá verdadero castigo para quienes traicionaron “leyes divinas y destruyó vidas infantiles”.
Domínguez Brito habló en nombre de la sociedad dominicana, que no olvida la violación de varios niños de una comunidad de Santiago, por parte del exsacerdote polaco, Wojciech Gil (Alberto Gil), cuyo hecho bochornoso “no puede pasar por alto”, sino lograr las sanciones que la justicia establece ante un delito tan ruin”, dijo el procurador.
Por fortuna, los silencios en la Iglesia han dejado de ser cómplices y Andrzej Seremet reconoció que esos hechos criminales que han hecho sufrir a menores y familias en el país no se repetirán jamás.
Un aparte muy especial merece el papa Francisco que asumió “una decisión sin precedentes”, y decidió acabar con esta “escala del fenómeno de la pedofilia en la Iglesia”.
Fe y justicia: Avanzamos
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Story
Page