Feminicidios arrecian

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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El mundo se rebela contra  los feminicidios  y América Latina alza su voz. La campaña: “Ni una menos”, recorre países, campos y ciudades, porque la situación trasciende a cualquier reflexión. El pánico de mujeres amenazadas, denuncias no escuchadas y, finalmente, cuerpos mutilados, despedazados a puñaladas o a tiros, o a machetazos, aparecen a diario en matorrales, callejones, calles o en sus propias casas.
 
Las muertes violentas de mujeres por razones de género, llamadas también feminicidios, son de los principales problemas que enfrentan  las mujeres de la región.
 
La convocatoria  “Ni una menos” implica cambiar esa cultura machista, patriarcal que ofrecen programas televisivos,radiales y escritos. Los medios de comunicación junto a los poderes del Estado  deben tratar a la mujer como el ser humano que es y no como objeto de consumo.
 
República Dominicana es escenario de lo que parece no acabar nunca. La violencia de género marca estadísticas que impresionan y una buena parte de las víctimas han sido ultimadas por sus actuales o exparejas. En sentido general, los datos revelan aquí que más del 80% de hombres consultados -condenados por haber matado a sus esposas-, confiesa nunca había recibido ningún tipo de información sobre equidad de género y derechos de la mujer.
 
Aunque las autoridades gubernamentales,  en conjunto con la sociedad dominicana han asumido medidas que procuran  frenar el mal, y erradicar de una vez por todas hechos tan lamentables, la realidad presenta cómo sentimientos y costumbres que debían formarse y fortalecerse en la familia, quedan a la merced de lo que entonces el Estado debe asumir: «educar y prevenir” comienza desde el hogar mismo y el asunto no es intervenir cuando ya está el daño, sino desde mucho antes.
 
De manera que planteando las cosas desde su origen  y sin olvidar la necesidad de que las leyes robustezcan las penas a quienes dejan hogares destruidos e inmersos en el luto y la orfandad, el propósito debe ser que estas altas cifras de crueles pérdidas no aumenten y ojalá concluyamos  el año con titulares que dicten: “Feminicidios disminuyeron notablemente”, o “…fueron totalmente erradicados”, como debe ser. Valga la campaña latinoamericana: “Ni una menos”.