Resulta que mientras que la canasta básica sigue impagable, o lo que es igual casi imposible de adquirir, y los combustibles suben y las mujeres mueren a manos de sus parejas y la delincuencia no se detiene y la niñez sufre abusos y tratos incompatibles con su razón de ser, el país sigue inmerso en el tema de la reelección, en los dime y diretes, en acusaciones de cuánto pagaron a este o a aquel, y en definitiva, en debates que no aportan a la sociedad y posponen aspectos de la vida que son impostergables.
Hasta la situación de las escuelas preocupa; su terminación o entrega de obras tras los concursos, cuya ejecución ha sido paralizada por litis, por carencia de terrenos o porque el gobierno no desembolsa los recursos a los ingenieros, como había prometido. El caso de la tanda extendida, que implica el almuerzo escolar, está siendo cuestionado, pues el contenido alimenticio es rechazado por una parte de los escolares debido a su calidad, ya que el menú no logra satisfacer sus gustos. Y todo esto ocurre a casi un año de concluir el mandato presidencial de Danilo Medina, que en caso de continuar, debía ocuparse de perfeccionar la educación en el país y no de llover sobre mojado, o estaremos muchos lustros más a la zaga en los resultados de la instrucción escolar.
De manera que mientras los legisladores convierten el escenario de los debates en verdaderos coliseos romanos, con el símbolo de pan y circo y no más… el resto de esas grandes necesidades de las mayorías dominicanas debían priorizarse.
Olvidos y otras especies…
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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