El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas analiza hoy la situación en Afganistán, donde crece la violencia y su impacto en la población civil.
La reunión del órgano de 15 miembros, presidido este mes por Malasia, tiene como centro el debate de un nuevo informe del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sobre el país asiático, en sintonía con la solicitud de la Asamblea General y el Consejo de reportar la situación afgana cada tres meses.
Según el diplomático, los grupos anti-gubernamentales aumentan sus acciones bélicas, que incluyen combates con fuerzas de seguridad y atentados.
Particular amenaza representa el movimiento Talibán, que el 22 de abril anunció su ofensiva de la primavera, provocando una semana después el incremento en un 45 por ciento de los choques armados, respecto a 2014, precisó.
La nueva cruzada de los talibanes tiene como blanco principal las tropas extranjeras desplegadas en Afganistán, donde la agresión estadounidense de 2001 marcó el comienzo de la presencia allí de tropas del Pentágono y la OTAN, que pese a reducir su personal mantienen a miles de efectivos en el terreno.
El texto, que sigue al presentado en febrero pasado, refleja que entre el 15 de ese mes y el 30 de abril se produjeron al menos dos mil 126 bajas civiles, 669 muertos y mil 457 heridos, un aumento de un 23 por ciento en comparación con idéntica etapa del año anterior.
La mayoría de las víctimas resultaron del accionar de los antigubernamentales, aunque también el ejército afgano y grupos aliados causaron bajas en la población.
De acuerdo con el nuevo reporte del Secretario General, en la etapa continuaron los progresos en la formación de un gobierno de unidad nacional.
En particular, destacó el nombramiento de 16 ministros, con los que suman 24 los designados, entre ellos cuatro mujeres.
Naciones Unidas insiste en su llamado al diálogo como único camino para detener la violencia en Afganistán.
