Amigos hasta la muerte

Con frecuencia se escucha decir “ese es mi hermano”; “somos pana full”; “es la hermana que Dios no me ofreció”…
 
En nuestro lenguaje popular cuando un ser humano se refiere a la conexión con él o los otros, expresan: ”Los amigos se conocen en la cárcel, en el hospital o en la desgracia”…
 
Cada amistad tiene su historia:
 
Vínculos familiares; “fuimos compañeros de estudio”; “relaciones políticas, deportivas, laborales o sentimentales”; y múltiples orígenes y adherencias.
 
Hay gente de pocos amigos, otras por el contrario, tienen muchos conocidos e intiman con dificultad.
 
¿Por qué se rompe una amistad?
 
Luis Rojas Marcos, lumbrera de la psiquiatría contemporánea española, medita un caso conocido de sus pacientes así: “He sido una buena amiga y es posible que alguien nos indispuso”; “¿Se puede alejar a los amigos siendo una persona servicial”; “Es bueno guardar distancias emocionales con el otro y no abrir por completo nuestro corazón y nuestra alma”.
 
A veces escogemos amigos egocéntricos que consumen tu generosidad y tu solidaridad.
 
¿Tú le das a tus amistades la oportunidad de devolver tus atenciones?
 
Asegúrate, no te ciegues si ese amigo te da, tú recibes y reciprocas.
 
Las amistades no correspondidas se desgastan, se tuercen y terminan convirtiéndose en fuente de culpa y resentimiento.
 
La base de una amistad bien llevada se basa en el respeto a cultos, creencias y actitudes.
 
Hay amistades que rompen por envidia, por conflictos económicos, por infidelidades conyugales y por posturas políticas aparentemente irreconciliables..
 
Soy de los que creen que hasta la enemistad debe ser llevada con altura y decoro.
 
Niégate a hablar en su ausencia de un enemigo que tú escoges y si no es así, ignórale.
 
Con frecuencia decimos que los amigos verdaderos y de siempre se pueden escoger con los dedos de una mano y sobran dedos.
 
De mi infancia recuerdo que anudar sendos dedos meñiques entre dos amigos entrañables era un pacto de enemistad que a veces se terminaba al otro día con un abrazo o con la intervención de sus padres.
 
Los más peligrosos son los “amigos de ocasión, los judas de siempre, los envidiosos, los malagradecidos” que siempre con la excusa de un piropo persiguen con ironía desvelar su inconsciente en su condición de “ derrotados del éxito ajeno”.
 
El chisme que precede a la enemistad se cree que es más frecuente en las damas; se aprecia que en comunidades primitivas como los campitos de la frontera la gente es más sincera y servicial que el espécimen urbano y citadino.
 
Se cree que entre intelectuales y políticos la enemistad por razones doctrinales y filosóficas es la forma más frecuente de encubrir la envidia y el arribismo.
 
¿Por qué la gente que concluye una relación sentimental o matrimonial tiene que ser enemigos y así lo estimulan entre sus ejércitos de amistades comunes, que con frecuencia terminan divididos en dos bandos? ¿Subdesarrollo?
 
“Yo no me junto con esa tipa” Se escucha decir en los círculos del jet set.
 
Lo más difícil es ser amigo de dos personas llenos de virtudes, pero que a su vez, son entre sí, enemigos irreconciliables.
 
No voy a andar con consejos religiosos.
 
Hay seres que por sus características es mejor tenerlos lejos que cerca.
 
La enemistad bien cultivada más que una postura de hipocresía es una postura ética.

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