La interrogante de si hay que evaluar a los maestros, ha dado lugar a debates y múltiples análisis que hablan de los disímiles factores que inciden en que el sistema educativo. Obviamente, está comprobado que de las deficiencias o la calidad del magisterio depende el ejercicio de algo tan vital y trascendental como es el sistema educativo.
Las cúpulas magisteriales saben que los educadores deben ser evaluados y no pensar en perder poder político, admiten especialistas en el tema. Que la promoción salarial, la dignificación y reconocimiento vayan a tono con esto resulta imprescindible. Pero, está plenamente demostrado que esta es una vía indispensable, mediante la cual se entienda que la reprobación de un profesor significa que no pueda ocupar esos escenarios donde la impartición de materias y al calidad de sus contenidos implican el futuro de hombres y mujeres en una sociedad.
Las pruebas académicas del alumnado muestran deficiencias que muchos entienden se deriva de una defectuosa enseñanza.
En América Latina el salario de los maestros es menor que en Europa. En República Dominicana se intenta elevar los sueldos y enaltecer este oficio que define presente y futuro de las naciones. Al concepto de la preparación individual se suma la responsabilidad estatal. También debían tenerse en cuenta esos conceptos relacionados con la Educación Biocéntrica, que el doctor en Psicología, Cezar Wagner de Lima Góis, preconiza con tanta pasión y profesionalidad, para que la enseñanza y el aprendizaje sean menos complejos.
En el decir de Wagner de Lima Góis tenemos la misión de “aprender juntos”; de conocer e intercambiar solidariamente; porque cuando “educamos, amamos” y el diálogo debe ser “amoroso, respetuoso del otro”.
Entender la educación desde múltiples referentes y comprender que instruir no es solo depositar información de los unos en los otros, sino un proceso de liberación y profundización en la conciencia humana. De esto y más hablan quienes creen en la Educación Biocéntrica, que considera que “cada ser vivo es una semilla que vibra y se expande y como semillas buscamos vínculo, nutrición y crecimiento (…) Cuidar de la Educación es cuidar de la vida que germina como expresión humana, es cuidar del amor”.
Lo uno y lo otro van fundidos en ese afán indispensable e impostergable de la educación, aquí, allá, acullá y en todas las naciones de este mundo.
¿Hay que evaluar a los maestros?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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