Un bocinazo puede ser mortal para la salud

El sonido chillón de la bocina de un vehículo o la bulla en una discoteca puede desencadenar varios problemas de salud. Primero un cuadro de estrés. Si persiste la sobreexposición por contaminación sonora la víctima puede terminar con gastritis, una embolia o infarto.
 
Según Gina Chávez Torres, médico otorrinolaringólogo del hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo de Es Salud, los policías, choferes, comerciantes o simples peatones afrontan este peligro. Con el estrés se libera tres hormonas: la adrenalina, corticoides y las catecolaminas. Estas  aumentan progresivamente la presión arterial causantes de enfermedades cardiovasculares. También aceleran los jugos gástricos provocando daños estomacales.
 
«El ruido afecta fisiológicamente a las personas, cuando éste es mayor de los 85 decibeles. El claxon de un vehículo libera esa cantidad de ruido», dijo. (ojo con el cuadro)
 
Vulnerabilidad
 
La médico explica que mayores de 45 años de edad expuestos al ruido constante son vulnerables a males cardiacos: taquicardias, dolor de cabeza con sensación de pesadez y accidentes cerebro vasculares. En el caso de los jóvenes sordera precoz. Y en niños dolores de cabeza, apatía, irritabilidad, desconcentración para estudiar.
 
El último reporte de la Autoridad Regional Medio Ambiental (ARMA) revela un incremento sustancial de la contaminación sonora en la ciudad de Arequipa.
 
El gerente del ARMA, Zacarías Madariaga explicó que los principales focos de ruido en la ciudad son el Centro Histórico y las inmediaciones de los grandes centros comerciales ubicados en los distritos de Paucarpata y Cerro Colorado. En esas zonas se incrementó el flujo vehicular y negocios ruidosos.
 
Criterio
 
Para Madariaga no hay buenos hábitos auditivos, los conductores abusan del uso del claxon y la música a volumen excesivo. No hay quien controle esos excesos. Dijo que se ha recomendado a los alcaldes distritales que hagan un mapeo sonoro e identifiquen los lugares contaminados por los ruidos.
 
El funcionario reitera que además del daño fisiológico  puede haber daño psicológico: la falta de sueño y el mal humor.
 
«Si existe un ruido superior a los 60 decibeles por la noche las personas no podrán dormir. Esto acelera el estrés y desprendimiento de hormonas. Los más propensos son quienes viven en  discotecas y centros comerciales», explica Chávez.
 
Mezcla peligrosa ruido y alcohol
 
La otorrinolaringóloga Gina Chávez, asegura que las personas que asisten a discotecas y consumen altos grados de alcohol podrían complicar las consecuencias de los males cardiacos y gástricos.
 
El consumo de licor altera  el sistema auditivo y genera la necesidad de  subir más el volumen de la música. «El alcohol hace que quieras sentir más intensa la música», dice.
 
Un estudio publicado en la revista francesa Alcoholism: Clinical & Experimental Research, demuestra que la música alta en los bares incita a beber más alcohol.
 
El estudio concluye que la música alta hace que la gente esté más despierta lo cual aumenta el grado de insomnio.

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