Hungría no planea disparar a los inmigrantes que traten de cruzar su nueva valla de la frontera sur y está abierta anegociaciones sobre las cuotas de acogida en Europa una vez que se sellen las fronteras, dijo el primer ministro Viktor Orban.
En una entrevista divulgada el lunes por la emisora austriaca ORF, Orban reiteró su postura de que muchos de los inmigrantes que llegan a su país desde zonas de crisis en Oriente Próximo, África y Asia para huir de la pobreza no eran auténticos refugiados que necesitan asilo.
Hungría está terminando una valla de 3,5 metros de alto a lo largo de la frontera de Hungría con Serbia para disuadir a los inmigrantes.
El Gobierno de Orban ha hecho caso omiso de las críticas de algunos en Europa occidental sobre el simbolismo y los ecos de la Guerra Fría que evocan las barreras con alambradas y torres de vigilancia en el este de la Europa excomunista.
«Estamos protegiendo Europa según las normas europeas que dicen que las fronteras pueden sólo ser traspasadas en ciertas áreas de forma controlada y tras un registro», afirmó Orban en la entrevista.
Consultado sobre si los soldados a lo largo de al frontera recibirían órdenes de disparar, el primer ministro húngaro dijo: «No es necesario porque habrá una valla que no se pueda cruzar. Sin embargo, quienquiera que cruce la valla debería ser detenido. No será necesario el empleo de las armas».
Europa ha estado dividida por la idea presentada por Alemania y Austria de fijar cuotas para que los países acojan inmigrantes en el mayor éxodo desde la ruptura violenta de Yugoslavia en la década de 1990.
«Si la frontera exterior de Europa no está bloqueada no tiene sentido hablar de cuotas», aseguró Orban cuando se le preguntó si Hungría podría aceptar ese sistema.
«Cuando hayamos sellado la frontera exterior y por lo tanto detenido la inmigración ilegal, podemos hablar de soluciones».
