“Juicios sin Vendas”

La seguridad ciudadana desde la perspectiva penitenciaria:
Tengo toda una vida escuchando hablar de “Mano Dura Contra la Delincuencia”, resultado: los tipos criminológicos cada vez son más profesionales, acabados y con frecuencia vemos una política que pretende atajar, nunca prevenir.  Los responsables de lo que se conoce como Seguridad Ciudadana en nuestro país, han errado en el enfoque sistemáticamente debido a la lógica de Tom y Jerry (en la que el ratoncito acaba con la casa y de paro se lleva el gato).
 
No es preciso entrar en un desglose histórico, tampoco realizar un conteo morboso de los crimines y delitos que en este año han atacado la sociedad en su conjunto para demostrar que es y ha sido fallido el historial en términos de seguridad ciudadana, más bien me lanzo por algunos señalamientos que iremos desarrollando y enriqueciendo en la medida que esta columna se convierte en un foro de participación de la ciudadanía y una herramienta, porque no, para los tomadores de decisiones en la política pública de seguridad ciudadana. A modo de provocación me permito entonces aperturar el debate con una óptica penitenciarista sobre el asunto de la seguridad ciudadana:
 
Digamos que si los diferentes planes de seguridad ciudadana no han cumplido un cometido sostenido en el tiempo, puede que se deba a que entre otras cosas, que no se trabaja de manera seria y decidida la resocialización penitenciaria que permita una reinserción social (durante y después de la estancia en la prisión).
Para nadie es un secreto que los organismos de seguridad del Estado conocen a cabalidad el perfil criminológico de los ciudadanos envueltos en el mundo del crimen en todas sus manifestaciones, es decir lo que el pueblo llama, “la policía sabe aquí quién es quién”.
 
Es aquí donde debemos trabajar y en términos penitenciarios digamos que es una de las cuestiones más importantes y de las que proponemos para que sean fundamentales en los futuros planes de seguridad ciudadana. Me explico: para inducir a la baja los índices de criminalidad necesitamos trabajar en los nichos focales donde social y económicamente existen condiciones que pueden influir en la tasa de delincuencia común,  esto es así porque, está comprobado en nuestro país, que los adolescentes que tienen contacto con una cárcel entre los 13 y 16 años tienen un porciento elevado de seguir visitando las prisiones. Esto se agrava porque en prisión no reciben un tratamiento penitenciario que verdaderamente los enfoque a reinsertarse en la sociedad como hombres de bien, por el contrario, en las prisiones se desarrolla la dinámica de suplantación de valores por antivalores. Vale decir que ya no resulta extraño que desde las prisiones dominicanas (universidades para el crimen) se orquesten y ordenen crímenes de magnitudes que no son propias de la delincuencia común.
 
Me atrevo a asegurarles que el Estado se encuentra financiando dos modelos educativos a nivel superior: por un lado la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y el de las Prisiones del país, vale decir que igual que de la Universidad Autónoma, entramos simples bachilleres y de allí salimos formados con las mejores competencias para desarrollar cualquier actividad productiva en favor del país y nuestras familias, los ciudadanos que entran en las prisiones, allí también reciben ante la mirada indiferente y la complicidad por omisión del deber, conocimientos, herramientas y antivalores, que potencian sus competencias en actividades delictivas y le empujan a mantenerse en el circulo vicioso de la reincidencia delictiva en detrimento de la sociedad, véase aquí  parte del gran fallo histórico debido a que no hemos podido potenciar herramienta y valores, etc., con el objetivo de reencausar al individuo través de un tratamiento penitenciario adecuado.
 
De lo que se trata es de llamar la atención a enfocarnos en partes importantes de un todo que ha sido olvidado en la política de seguridad, partes estas que manifiestan sus consecuencias en los índices de criminalidad y que el sistema de seguridad no termina de asumir.
 
Reitero que no es posible hablar de seguridad ciudadana sin antes poner orden en la casa, véase que ya los masters o especialidades de moda en las prisiones al día de hoy son los Sicariatos Expresos y los secuestros. ¿Cuál es la sociedad que queremos?. Debemos trabajar cortando el nudo gordiano de la reincidencia de ciudadanos en las cárceles, los que una y otra vez el cometen el mismo crimen, los que ahora que me lees están planificando como abrir tu carro, propiedades, etc., abundan al acecho de los ciudadanos indefensos y son los que siempre te encontrarás en prisiones.
 
Entonces, que esos ciudadanos peregrinos penitenciarios, terminan por convertirse en líderes o antihéroes en sus comunidades debido a que el dinero y la seguridad que ellos brindan  al sector le permiten comprar el indulto social, cual patenta de corso para socavar los valores más puros de nuestra sociedad; para ellos debemos aportar salidas pues son muchos los casos de los que deciden cambiar rumbo y se encuentra con una famosa FICHA, que en muchos casos le acompañará durante toda su vida, lo que le impedirá crear un historial crediticio pues recibirá trabajos de muy poca cualificación y de bajos salarios, con lo que ya empezamos a crear un tipo de ciudadano con unas expectativas de vidas frustradas ¿ Cuénteme si conoce de alguna institución estatal que trabaje esas necesidades? ¿Cuantos policías hacen falta para contener esa masa que quiere un tenis Jordán por decir modas y no tiene trabajo? ¿Se puede combatir eso con “Mano Dura”?. No seamos hipócritas, muchos de esos delincuentes ya pasaron por las manos del Estado y no recibieron el tratamiento y las políticas públicas adecuadas para que su norte en la vida fuera otro.

Compartir esta publicación:

WhatsApp
Facebook
X
LinkedIn
Pinterest

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *