De nuevas misiones de la Iglesia se habla al comentar la visita del Papa a La Habana, y en la homilía del Santo Padre, este 20 de septiembre, en una Plaza de la Revolución multitudinaria, escenario de las más importantes citas históricas de la Mayor de las Antillas, entre las imágenes del Che Guevara y la de Camilo Cienfuegos, Francisco destacó los valores del pueblo cubano, de quien dijo, “tiene gusto por las fiestas, la amistad y las cosas bellas. Un pueblo que camina, canta y halaga, que tiene heridas como todos, pero que sabe estar con los brazos abiertos”.
Fue oportuno y preciso su llamado a la definitiva reconciliación en Colombia, al tiempo que el Jefe de la Iglesia agradeció el apoyo de Cuba en el empeño de alcanzar la paz en esa nación suramericana y lograr que se construya allí una sociedad de paz.
Desde su llegada, el Papa ha confirmado que no solo las congregaciones católicas le escuchan con interés en cada rincón de la tierra cubana; sus palabras, dirigidas a rechazar “situaciones que desembocan en tristeza individualista la cual, poco a poco da lugar al resentimiento, la queja continua y la monotonía” y a predicar que “quien no vive para servir, no sirve para vivir”, han hallado eco y terreno fértil a su paso.
La estancia de Francisco será, sin dudas, inolvidable para quienes le han acogido en esta tierra caribeña, y de seguro él, que se hizo querer con palabras y gestos, también recordará las manifestaciones de amor y respeto que le acompañaron en este encuentro histórico. Allá, en los jardines del Vaticano, donde hizo colocar una réplica de la Caridad del Cobre, Patrona del pueblo cubano, Su Santidad rememorará los rostros de una nación que “marcha con esperanza, porque su vocación es de grandeza, así la sembraron sus próceres”, tal y como él mismo afirmó en su homilía y que tiende manos y sonrisas para enfrentar “esa enemistad más grande que es la guerra, que está destruyendo al mundo de hoy”.
El Papa y Cuba
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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