Linchamiento de Hermes, radiografía de una sociedad violenta

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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El linchamiento Hermes Jiménez Martínez pone al descubierto la radiografía de una sociedad violenta.
 
Este joven de 16 años de edad desde niño  fue abandonado por su madre y acogido por su abuela.  Su vida como a de otros niños abandonados por padres y madres irresponsables tenía la miseria de compañera.
 
Su muerte es una consecuencia la rabia acumulada de la sociedad por la impunidad que impera en la justicia dominicana caracterizada por proteger a los atracadores, criminales, traficantes de drogas y a los políticos corruptos.
 
Este es caldo de cultivo para que seres de la caverna como son los que asesinaron Hermes hagan acciones cobardes y vandálicas de golpear, arrastrar por la calle y quemar vivo a un joven que pedía clemencia para que no lo mataran porque tenía un hijo. Nada detuvo a estos verdugos, mientras el grito de Hermes reivindicaba a un padre que ese momento representaba y que él nunca tuvo.
 
Los que asesinaron a Hermes son bestias sociales que merecen la condena de las personas de buena voluntad que aman la paz. Este joven estaba amarrado e indefenso que debió ser entregado a las autoridades porque nadie puede hacer justicia por sus propias manos imponiendo la pena de muerte.
 
El señor Carlos José Martínez, tío de Hermes reaccionó afirmando: Eso no se le hace ni  a un animal. Si ellos lo acusan de algo debieron entregárselo a las autoridades, ya que lo tenían amarrado.   Entonces, ellos son más delincuentes que él por lo que queremos que se haga ajusticia.
 
Por su parte, el general Báez Aybar vocero de la policía precisó si malo es el hurto de las motocicletas, peor es la actitud asumida por las personas que son perseguidas por las autoridades.
 
Este caso de Hermes debe ser tratado partiendo de un análisis sicosocial que permita comprender que está pasando en la sociedad y la violencia desenfrenada que existe, a pesar de los esfuerzos que hace la policía por mantener el orden y la seguridad ciudadana.  Definitivamente esto anda mal muy mal.