México.- He leído con cuidado toda la información que se ha generado a raíz de las tres acciones que anunció el presidente Enrique Peña Nieto en Nueva York. Lo sorprendente es que por primera vez en mucho tiempo los medios de comunicación le atinaron. Es verdad que no podremos hablar de desarrollo sustentable sin las mujeres.
Es muy importante que la igualdad de género sea titular en todos los medios. Ya era tiempo. No pienso que las cosas se van a remediar de un día para otro, pero, como he dicho en otras ocasiones, por primera vez la política de género se ha tratado de incrustar en cada rincón del país.
Lo mismo hicieron los medios al describir el desempeño de la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, Lorena Cruz Sánchez, quien anunció y detalló la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes al participar en la “Estrategia Global para la Salud de la Mujer, las y los Niños”, ahí en la ONU donde se examinan los avances y las dificultades a 40 años de la Primera Conferencia de la Mujer y los 20 desde los compromisos para el adelanto de las mujeres desde la IV Conferencia de la Mujer que se celebró en China, en 1995.
¿Por qué sorprendente? Porque durante años la institucionalidad de la igualdad entre hombres y mujeres no ha sido comprendida. Se ha necesitado que la primera magistratura diga con todas sus palabras que la igualdad es una responsabilidad del Estado, lo que incluye al gobierno, a sus secretarios, a los gobiernos estatales y a las presidencias municipales, al sector privado y a la sociedad.
Lo que ha dicho Enrique Peña Nieto es sustantivo; dijo que no es justo dejar a las mujeres toda la carga de la familia. También que no es admisible que sigamos con los temas de mortalidad materna. En un discurso apretado, dejó en claro que la igualdad y la justicia de género deben ser temas de primer nivel.
No lo ha dicho, pero es de interpretarse que tras una campaña intensa de compromisos, el Sistema Nacional de Igualdad de Género se tomará en serio. No es menor el resultado electoral que ha permitido acercarnos a la paridad. Y aunque no sea un hecho, podría acortar los tiempos para lograr la igualdad.
Habrá que leer con cuidado. Lo que ha dicho Peña Nieto, es elevar su tercera línea del Plan Nacional de Desarrollo, para comenzar a destrabar los obstáculos de toda clase. Lo que hay que esperar entonces es que se tenga un mayor control y evaluación de esas acciones. Si ello fuera posible, entonces podríamos avanzar y hay responsabilidades en todos los niveles.
Y esto no ha sido gratuito. Es verdad que las mujeres organizadas han puesto toda su imaginación para detectar la problemática; han hecho su tarea las cámaras con las leyes producidas en los primeros años de este siglo; hoy contamos con dos sistemas nacionales y un conjunto de normas. El tema está en la cancha de las políticas públicas. Y fue de ellas que se habló en Nueva York.
También por primera vez en mucho tiempo está actuando el Instituto Nacional de las Mujeres. Lorena Cruz Sánchez en los últimos tiempos ha conseguido hacerse oír en todo el país, especialmente ha llamado a gobernadores, a los presidentes municipales con el aval y la escucha del gobierno federal.
Un asunto está en el centro. Claro, no sin dificultades. Hay que salvar a miles de niñas, a millones de mujeres en un mundo aún discriminatorio. No es aceptable que las niñas se embaracen antes de los 19 años. La estrategia acaba de amarrarse. No olvidarlo y darle seguimiento es obligación ciudadana. La plataforma comolehago.com, ya está en el aire y puede ser un instrumento de educación masiva.
Si las tres acciones que anunció el presidente se toman en serio, estamos en presencia de cambios por venir y otros que empiezan a echar raíces. No es fácil porque hay resistencias. Mantener esta posición puede ser sustantivo.
Las acciones que ahora dependen de un sistema de enlaces que obliga, podrían significar varias cosas: una, que tras los compromisos firmados con Inmujeres por parte de los gobiernos estatales logren desarrollar cada asunto en que se han comprometido; dos, que se haga una política nacional que las mujeres no carguen con todo el peso de la familia, la discapacidad y la vejez. Que se pongan los dispositivos necesarios para ir cambiando esas familias.
Leí un artículo que encabeza que la familia es responsabilidad de hombres y mujeres. Vaya esto podría desatar el cambio cultural. Sin duda. Necesitamos que ello se desarrolle en la sociedad, pero de manera sustantiva en el Sistema Educativo Nacional.
Por ahora contamos cada día con mayores claridades. Es interesante entonces que empecemos a vislumbrar, no sin debate, el proceso en que esas acciones están tomando tierra. Nos toca como sociedad leer profundo. Ello a pesar de los rezagos que hemos venido arrastrando y las incomprensiones. Si las mujeres adquirimos fortaleza, le llaman empoderamiento, también podremos enfrentar el flagelo de la violencia de género. El más grande pendiente que nulifica nuestro desarrollo; es posible que con el anuncio del cambio en la justicia, pueda cerrar la brecha entre la libertad y una vida sin violencia. Habrá que ver.
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