El término se va haciendo familiar y vale la pena tener en cuenta que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), constituyen un “proceso orientado a satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro”, según cita del Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, dada a conocer en Oxford University Press, en 1987, y asumida en el principio tercero de la declaración de Río en 1992. (Cumbre de la Tierra).
En la República Dominicana se gestiona aprovechar los recursos para desarrollar al país de “forma innovadora, sostenible y territorialmente equilibrada e integrada”, a fin de insertarse competitivamente en la economía global”, y como señala Alberto Guijarro, en su artículo del Área de Ciudadanía de Ongawa (Ingeniería para el Desarrollo Humano. Organización No Gubernamental), “sin duda los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecen un notable avance respecto a los Objetivos del Milenio que sustituyen. Por primera vez estamos ante un programa internacional que conecta las cuestiones de desarrollo y las ambientales, una de las asignaturas pendientes en la agenda anterior”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, convocó a una cumbre para fijar la agenda post-2015 de desarrollo sostenible, como instrumento que abarca metas de progreso a materializar durante los próximos 15 años, donde más de 150 jefes de Estado o de Gobierno deberán observar unos 17 objetivos de desarrollo bajo el principio de no dejar a nadie atrás en el planeta.
Se habla de la erradicación de la pobreza y del hambre; la protección del medio ambiente y el acceso universal a la salud, la educación y el agua potable. Y es que la continuidad a los Objetivos del Milenio del 2000, tiene ahora mayores desafíos, en virtud de hacer cumplir la voluntad política, sobre todo por los países ricos “responsables de un orden mundial insostenible y del deterioro ambiental”.
Guijarro reflexiona que en relación al resto de actores, “se espera mucho de la contribución del sector empresarial y, más que nunca, las organizaciones sociales deberán ser activas en la implementación y el seguimiento de la agenda, buscando las mejores estrategias para aportar de la forma más efectiva posible”.
Concluye lo que significa una verdad irrebatible: “…Los ODS constituyen una oportunidad para cambiar el rumbo del desarrollo humano sostenible a nivel global, y será una agenda transformadora en la medida en la que los países se comprometan a abordar las causas que originan los problemas de desarrollo y a proponer soluciones que pongan a las personas y al desarrollo sostenible en el centro”.
¿Sostenibles?
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