De alrededor de un millón de adultos mayores, que según datos estadísticos existen en República Dominicana, unos 111,545 de ellos (algo más del 1%) reciben del Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (Conape), RD$400 mensuales, otros 9,900 son favorecidos con raciones alimenticias.
El apoyo ofrecido por la entidad está muy lejos de las aspiraciones de ancianas y ancianos, quienes demandan entre otras cosas, pensiones dignas y ser incluidos en el Sistema de Seguridad Social, debido a que la gran mayoría no tiene acceso a servicios de salud y medicinas.
Este escenario se evidencia a la par del anuncio del Conape, entidad que según ha esbozado su directora ejecutiva, Nathalie María, busca implementar políticas públicas que reconozcan que los adultos mayores están llamados a hacer entes activos, productivos y participativos.
La entrega de RD$400 a un grupo y raciones alimenticias a otros, planteado como programas de protección resulta una burla para este segmento poblacional, puesto que con eso un envejeciente no resuelve nada.
No obstante, Nathalie María lo exhibe como un gran logro, al detallar que mediante algunos programas que implementa el Conape, como el de protección a personas de este segmento poblacional en extrema pobreza, denominado (Provee), se han beneficiado unos 111,545 que cumplen con esa condición, para lo cual el gobierno ha dispuesto RD$439 millones en lo que va del año.
En el Día del Envejeciente, celebrado este jueves, la directora del Conape también refirió acciones como el Mapre, mediante el cual se han socorrido unos 1,100 adultos mayores en todo el territorio nacional, con la distribución de 9,900 raciones alimenticias.
“El Conape está realizando una ardua labor para que los adultos mayores estén protegidos y que ante cualquier situación que se les presente puedan recibir una mano amiga, tal como lo desea el presidente Danilo Medina”, aseguró.
Entre los logros de la institución en beneficio de esa población durante este año, está la acogida de 300 envejecientes, de los 1,261 que deambulan por las calles, de los cuales 80 fueron reintegrados a sus hogares bajo la tutela de sus familiares, luego de haberles dado atención médica primaria.
Los 220 restantes fueron reubicados en centros geriátricos de manera transitoria hasta tanto se les regule su condición de vida.
