Esas tristes muertes…

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

Follow

Un total de 52 niños menores de un año fallecieron en República Dominicana durante la semana epidemiológica 36, según  reportó el Ministerio de Salud Pública, cifra que según señala el organismo alcanza un total de mil 867 defunciones de pequeños a nivel nacional, desde principios de año a la fecha.
 
Lamentablemente, las muertes son cifras que se adicionan  sin pudor y se requieren, indiscutiblemente, si el propósito es un día respirar profundo y pensar que la nación ha logrado reducir y hasta eliminar la mortalidad infantil y también la materna. Esas cifras señalan, por ejemplo, que  el 77%  corresponde a neonatos que fallecieron antes de cumplir los 28 días de nacidos y los decesos ocurrieron en 16 hospitales de 15 provincias.
 
El Boletín de la Dirección General de Epidemiologia (Digepi) especifica que hubo 66 expiraciones por dengue, entre las que se incluyen siete correspondientes a la semana 36, para una letalidad acumulada de 1,1 por ciento.
 
Los casos de malaria, en otras edades; de casos sospechosos de cólera y hasta de sospechosos de leptospirosis (unos 280 casos en el año, de ellos 15 fallecidos), ponen aún más de guardia a los servicios epidemiológicos dominicanos.
 
La representación de Unicef en República Dominicana ha manifestado su preocupación ante el elevado índice de mortalidad infantil aquí, donde 35 de cada mil niños nacidos muere antes de cumplir los cinco años, según revela la Encuesta Nacional de Hogares (Enhogar) 2014.
 
Sin duda alguna, estas cifras son “demasiado elevadas, pues en el país el 99 por ciento de los partos ocurren en centros hospitalarios y  finalmente, los análisis concluyen que el origen de tantas bajas que pudieron evitarse se debe principalmente “a la mala calidad de los servicios de salud”, cuyo gremio protesta por el bajo por ciento del Producto Interno Bruto destinado a este sensible sector, cuando el promedio de la región es del 6% y aquí  ronda el 3,6.
Sí, son muchas barreras, desafíos y objetivos milenarios sin cumplir. Hora es ya de que la niñez dominicana nazca y crezca con sus derechos a la vida absolutamente defendidos y ganados, como así lo merecen.