Nuestros miedos no evitan la muerte, frenan la vida

Son demasiadas las veces en las que somos nosotros mismos los que le ponemos la zancadilla a nuestra vida. “No haré nunca esto”, “No podré con ello”, “Este camino está muy oscuro”, “Hay cosas que no están hechas para mí y debo resignarme”.
 
Tras todas estas frases se esconden excusas, miedos y puntos finales. Somos nosotros los que no nos permitimos seguir, los que le ponemos el freno a nuestra vida. Son nuestros ojos los que se cierran y nos bloquean el paso.
 
No nos comprometemos más allá de las pastillas de nuestros frenos y, como consecuencia, nos atamos de por vida a nuestros miedos. De este modo nos volvemos mucho más locos e irracionales de lo que queríamos evitar y, entonces, perdemos el control…
 
El camino más largo es quedarse quieto
Cuando sientes que quieres algo primero tienes que visualizarlo, verte y quererte ahí, consiguiéndolo, palpándolo. Pero esto son solo palabras que hay que convertir de pensamientos a emociones; o sea, trasladar de la mente al corazón.
 
Si contemplas tu camino siendo pesimista, envolverás el recorrido de negrura, te dará miedo, te paralizará. Por eso, el sendero más largo es aquel que tememos transitar. Son pasos que no nos atrevemos a dar, que se quedan en nuestra mente y que nos cansan.
 
Nos agota estar de pie, porque el movimiento solo se demuestra andando y eso nosotros, en el fondo, lo sabemos. Podemos creer que estamos haciéndolo todo, pero solo nos hemos preocupado de disponer nuestra inmovilidad, nuestro fracaso.
 
Ver también: Cuando menos lo esperas… Todo sale bien
 
Pero lo humano es moverse. Quedarse quieto es para las piedras. Si te desilusionas y te rindes antes de tiempo, pierdes. Es así de sencillo.
 
Anciana sosteniendo una flor
 
Tememos a la incertidumbre porque estamos enfermos de certeza. Necesitamos tenerlo todo atado y reatado. Planeado, muerto. Muerto porque la vida no existiría sin casualidades, sin serendipias, sin azar.
 
Lo cierto es que como “todo” nos da tanto miedo, no nos logramos enfrentar a lo que nos da la vida y nos llena de ganas y energía. Y lo cierto es que lo único que tenemos que superar es un cruce de caminos.
 
A un lado todo lo que anhelamos, al otro todo aquello que tenemos. Y, en el medio, nuestros miedos.
 
Dos caminos divergían en un bosque y yo tomé el menos transitado de los dos; eso fue lo que cambió todo…
 
La cima del mundo
El lugar más alto del mundo comienza a liberarse de la niebla espesa una vez que comprendemos que estábamos equivocados y que todo lo que tenemos hoy no es aquello que puede sostener nuestra vida.
 
Hombre mayor montado en una cigüeña
 
Alguien dijo una vez que todo lo bueno de la vida nace de un salto al vacío. De un momento de inconsciencia consciente, de un impulso, de un “ya no puedo más”. Pero este solo es el modo choque y no a todos se nos llegan a mover las entrañas de esa forma.
 
Así que lo normal es que nos quedemos mirándonos al espejo y contemplando la vida pasar mientras pensamos aquello de “si me atreviera…”. De esta forma acabamos desconociendo la vida y refrenando nuestros impulsos: por el qué dirán y por el qué diré.
 
A veces no se tiene el viento a favor, pero hay que seguir remando
Meter en una caja nuestros sueños no funciona para nada. Los sueños no son algo que haya que saborear poco a poco. Hay que entregarse a ellos, hacerlos propios y mantenerlos dentro.
 
Ya hemos perdido la cuenta de las veces que las cosas se nos han ido de las manos, de los miedos que nos frenan, de las injusticias y de las penas. Conocemos el dolor y el sufrimiento de no lograr aquello que anhelábamos, pero también sabemos que, en el fondo, no hay nada que justifique no haberlo intentado.
 
Bien es cierto que los extremos no están hechos para aquellos que viven a medias, pero vivir sin límites embruja. Sentirse libre es pura magia, la única droga que no rompe sueños y que, a la vez, arrastra con ella el sinsentido del sentido común.

Compartir esta publicación:

WhatsApp
Facebook
X
LinkedIn
Pinterest

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *