Tras sufrir la pérdida irreparable de más de cien muertes por dengue en el país, las movilizaciones se han hecho sentir con la integración de organizaciones partidistas, sociales, y comunitarias.
Sin embargo, pese a que existieron llamados a la población y alertas al respecto, al parecer la ejecución no se llevó a cabo con la solidez que marca la época, o las familias no se han integrado como deben ante una epidemia que amenaza sus vidas.
Al parecer las medidas preventivas implementadas por el Ministerio de Salud no han sido lo suficientemente efectivas para concientizar a la población sobre el peligro que representa la proliferación del dengue en el país.
Ante hechos así el gobierno requiere cambiar su estrategia y lograr el convencimiento general, sobre todo en lo que se refiere a cuidar que el mosquito transmisor no pueda procrearse; por lo que nunca serán innecesarias las reiteraciones acerca de mantener los depósitos de agua tapados, impedir que gomas, frascos de cristal u otros envases conserven este líquido y se conviertan en criaderos.
En otro sentido, y no menos importante, como ha dicho la consultora de la Organización Panamericana de la Salud, Anabel Alfaro, se necesita, para detener este mal, de médicos sensibilizados y preparados.
Y a todas estas, como renglón esencial del tema, la educación popular y la disciplina de mantener su entorno limpio. También en casos febriles u otros síntomas, no dilatar la visita al médico para lograr un oportuno diagnóstico.
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