La Santa Sede dio a conocer que investigará “la divulgación no autorizada de un documento confidencial relacionado con el funcionamiento de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA)”.
Para nadie es un secreto que el papa Francisco desarrolla un proceso de reforma de la Santa Sede, que ha levantado ronchas y claro que hay “divisiones” internas entre quienes desean que las cosas de la Iglesia continúen como otrora y los “revolucionarios” que constatan lo beneficioso de estos cambios.
La sustracción y divulgación no autorizada de documentos confidenciales sobre cuestiones administrativas y financieras de la Iglesia católica podría ser un escándalo mayor; pero el Sumo Pontífice ha manejado con su peculiar personalidad el tema, y ante fieles reunidos en la Plaza San Pedro, consideró el robo de los archivos como un delito y “acto deplorable que no ayuda».
También la Iglesia católica declaró en un comunicado que estos actos se derivan de las transformaciones impulsadas por el Papa, y este aseguró, una vez más, que continuaría el trabajo de reforma que lleva adelante y en medio de tantas turbulencias que no han dejado de azotarle desde que asumió su posición jerárquica, el primer papa latinoamericano pidió a quienes le rodean “no dejarse turbar y continuar con confianza y esperanza”. Es que, hasta en el Vaticano ocurren cosas vergonzosas.
¡Hasta en el Vaticano!
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