Buenos Aires.- Después de luchar más de 10 años contra una enfermedad renal, Jonah Lomu murió inesperadamente este miércoles por un paro cardiaco en Auckland, luego de haber estado muy activo en el último Mundial de Inglaterra y haber llegado a Nueva Zelanda este pasado lunes.
«Nadie esperaba esto», dijo John Mayhew, médico de los All Blacks, tras la noticia.
El gigante, de 40 años, fue una leyenda del rugby y uno de los mejores de la historia. Con su seleccionado jugó los Mundiales de 1995 y 1999, y todavía mantiene el récord de máximo anotador de tries en Copas con 15, que ahora comparte con el sudafricano Bryan Habana. Además, continúa como el que más marcó en una con ocho (1999), junto con Habana (2007) y Savea (2015).
Lomu anotó 37 tries para Nueva Zelanda en 63 tests. Su último partido con los hombres de negro fue el 23 de noviembre de 2002 contra Gales, y luego se le detectó una enfermedad -síndrome nefrótico- que lo alejó del rugby. Pese a un intento por volver al máximo nivel en 2005 y 2006, cuando firmó con North Harbour y después Cardiff Blues, nunca fue lo mismo tras su trasplante de riñón para un jugador que maravilló al mundo por su potencia y velocidad. Su última vez como jugador de rugby fue en 2009, en el Marseille Vitrols, de la tercera de Francia, y disputó algunos partidos.
Durante el Mundial de Nueva Zelanda 2011, Lomu ya había estado muy grave. Estuvo más de dos semanas internado en el Auckland Health Board. Luchó y volvió a vivir con normalidad. Antes había sido clave para el ingreso del rugby a los Juegos Olímpicos a partir de Río 2016, junto con Agustín Pichot, tras su ausencia desde 1924.
En Inglaterra, apenas semanas atrás, estuvo presente con toda su alegría. Pero inesperadamente, a sus 40 años, murió, aunque dejó un recuerdo imborrable en el rugby. Por lo que hizo dentro de una cancha y también por lo que significó fuera de ella.
La leyenda Jonah Lomu murió a los 40 años de edad
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