La noticia no puede ser más dramática: “Por cada feminicidio cometido quedan huérfanos un promedio de 2.5 niños y adolescentes, que significan 300 por año”.
Y claro que organizaciones e instituciones relacionadas con el tema se han conmovido y dado a conocer la implementación de un protocolo de atención para proteger a estos menores, iniciativa que se ejecutará mediante el programa Progresando con Solidaridad (Prosoli), con el apoyo del Ministerio Público, el Consejo Nacional para Niñez (Conani), los Ministerios, de la Mujer (MMujer), Salud Pública, Seguro Nacional de Salud (Senasa), Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), entre otras entidades del Estado y no gubernamentales.
Para Altagracia Suriel, directora de Prosoli, el programa pretende hacerse cargo de unos 300 menores cada año,
a los fines de evaluarles y a través del Sistema Único de Beneficiarios, integrarlas a Prosoli para involucrarlas en acciones socieducativas y sicológicas.
Sin olvidar que este 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 17 de diciembre de 1999, en memoria de las tres hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal por la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo. Lo paradójico es que en el país que enarbola fecha tal el número de casos de feminicidios y maltratos contra las mujeres sigue siendo alto y las secuelas se reflejan en las poblaciones vulnerables que son las niñas, niños y adolescentes.
Ojalá podamos celebrar un día de la No Violencia, con cero víctimas de mujeres asesinadas y cero hijos e hijas huérfanos. Ojalá…
Huérfanos por feminicidios
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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