En el 2015 el presidente Danilo Medina continuó con su maratón de inauguraciones de planteles escolares, logrando cumplir su meta de edificar 10 mil aulas en el año; sin embargo, lo que aún tiene pendiente es mejorar la calidad de la educación, lo cual se evidenció en los pobres resultados de los exámenes nacionales y en los concursos donde participaron profesionales de diferentes áreas que pretendían ingresar al sistema educativo.
Desde el 17 de febrero de 2014, cuando inició el programa presidencial de construcción de nuevas escuelas, el gobierno ha entregado a la comunidad educativa 17,834 aulas y remozado 4,474, para un total de 22,508, confortables y antisísmicas.
“La meta del gobierno para los cuatro años era construir 28 mil aulas, pero podría finalizar este periodo con 25 mil y terminar las 3 mil restantes en los próximos cuatro años. Desde la llegada de Cristóbal Colón a la isla, hace 523 años, se han construido en el país 32,500 aulas”, precisó el ministro de Educación, Carlos Amarante Baret.
De acuerdo a Rodolfo Guzmán Lara, director de la Unidad de Fiscalización del Programa Nacional de Infraestructura Escolar, en la actualidad el sistema educativo dominicano cuenta con 2.5 millones de estudiantes, de los cuales 1.9 millones son del sector público y 600 mil del privado.
En uno de sus discursos inaugurales, Amarante Baret afirmó que el costo de los nuevos espacios docentes ha significado una inversión de más de 50 mil millones de pesos. “Hasta el 12 de noviembre del 2015 se han destinado al levantamiento de escuelas 28,846.1 millones de pesos. En el 2014 fue de 22,003.2”, sostuvo el ministro.
Las provincias o municipios donde se remozaron, ampliaron y construyeron nuevas aulas son Santiago, San Juan, Moca, Elías piña, San Pedro de Macorís, Barahona, Bahoruco, Independencia, San Cristóbal, Santo Domingo, Monte Plata, Puerto Plata, Peravia, Duarte, Monseñor Nouel, Azua, Sánchez Ramírez, Villa Altagracia, Monte Cristi, La Vega, San José de Ocoa, Valverde, Hermanas Mirabal, Sánchez Ramírez, entre otros.
¡Calidad!, ausente
Pese a la gran cantidad de aulas que ha construido la actual gestión peledeísta y a casi cuatro años de asignarse el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), con el fin de mejorar la calidad en la educación, todavía esa meta no ha sido posible cumplirse.
En este 2015, solo un 9% de los profesionales de otras áreas que concursaron para ingresar al sistema educativo lograron pasar el examen, mientras que en el 2014, el 75% de los maestros reprobaron la prueba.
En tal sentido, el presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Eduardo Hidalgo, aseguró que los maestros en su mayoría reprueban la evaluación del concurso del Ministerio de Educación por falta de conocimientos informáticos. “Los profesores van con una idea de que serán evaluados con lápiz y papel y cuando llegan se llevan la sorpresa de que será a través de sistemas informáticos muy rigurosos que no resisten fallas”, precisó.
Aclaró que hay que tener en cuenta que los pedagogos que se examinaron son recién salidos de las aulas universitarias, por lo que los rectores de las 25 academias que forman a los educadores deben verse en dicho espejo y cuestionarse sobre la calidad de los profesionales que brindan a la sociedad.
En un tono similar se expresó la ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, Ligia Amada Melo, quien observó que dichos profesionales mostraron en el concurso lo que aprendieron en las aulas. No obstante, dijo que se está avanzando en cuanto a la preparación de los maestros en las universidades. “Ellos no son los culpables, pues eso fue lo que las universidades les enseñaron”, apuntó.
Soluciones
Debido a la deficiencia de los maestros dominicanos, el ministro de Educación, Carlos Amarante Baret, dijo que era inevitable la contratación de profesores extranjeros para mejorar la calidad educativa.
Dicha iniciativa ha sido calificada de descabellada por estudiosos en la materia, como razona Héctor Rodríguez Cruz, Ph.D en Filosofía y Lenguaje, quien se pregunta: ¿Quiénes validarían la competencia de los expertos? ¿Desarrollarán estos un aprendizaje “situado”, es decir, centrado en la realidad del propio estudiante y también en la realidad socioeconómica y política del país, realidades que necesariamente no conocen? ¿”Importarán” fórmulas y modelos pedagógicos que sólo sirven para sus realidades y no para la nuestra, y que también deben ser cuestionados? ¿De dónde vendrían? ¿Cuál es su ideología y su filosofía educativa? Con la solución “importadora”, el “complejo de Guacaagarix” se sienta en las butacas de la escuela dominicana con una “cachucha neoliberal”.
Al parecer esas quejas fueron escuchadas, porque la ministra de Educación Superior, Ligia Amada Melo, anunció la modificación a la normativa que regirá la formación docente en las universidades del país.
Según Ligia Amada Melo los interesados en cursar la carrera de Educación tienen que superar la Prueba de Orientación y Medición Académica (POMA), y un test estandarizado que mide la competencia de una buena compresión de lectura, matemática y cultura general.
Sin embargo, aclaró que quienes desaprueben tendrán la oportunidad de recibir cursos de nivelación en las universidades: “Si la persona reprueba por segunda vez podrá tomar una evaluación vocacional para estudiar otra carrera”, señaló.
Asimismo, sostuvo que los maestros para impartir docencia deben tener acreditación de maestrías en las asignaturas que enseñan. También dijo que las universidades deben rediseñar sus planes de estudios a la nueva normativa aprobada por el Consejo Nacional de Educación Superior.
Esperamos que esta medida sea la solución adecuada para que la mala calidad del pan de la enseñanza sea cosa del pasado, así como ha llegado a ser la sobrepoblación escolar.
Calidad en educación, la gran ausente
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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