Ministros alemanes detallaron el martes sus planes para acelerar la deportación de extranjeros que cometan delitos, en respuesta a los ataques sexuales contra mujeres cometidos por inmigrantes en Colonia, que profundizaron las dudas sobre la política de puertas abiertas del país con los refugiados.
Los asaltos el día de Año Nuevo, que están siendo investigados, envalentonaron a los grupos derechistas y complicaron a los miembros del conservador partido de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán) que integra la canciller, Angela Merkel, aumentando la presión para que persiga con fuerza a los inmigrantes que cometan delitos.
De acuerdo a los planes hechos públicos por el ministro del Interior, el conservador Thomas de Maizière, y el ministro de Justicia, Heiko Maas, del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD, por sus siglas en alemán), los extranjeros hallados culpables de cometer ataques físicos y sexuales, resistencia a la policía o daños a la propiedad podrían ser deportados.
Según las leyes actuales, la mayoría de esos delitos conlleva penas de libertad condicional y no genera una orden de expulsión del país.
Merkel dio la bienvenida al acuerdo entre los dos ministros, que representan a los dos partidos -de derecha e izquierda- que integran la coalición gobernante.
«Debemos asegurar que la ley entre en vigor lo antes posible. Primero debemos pensar en cómo hacemos que el proceso parlamentario avance de la forma más rápida posible», afirmó Merkel.
En la noche del lunes, más de 200 derechistas enmascarados, que portaban pancartas con alusiones racistas, causaron destrozos en la ciudad oriental de Leipzig, donde prendieron fuegos artificiales, rompieron escaparates y causaron daños a edificios.
Más de 600 mujeres denunciaron agresiones en Año Nuevo en Colonia y otras ciudades germanas. Las denuncias van desde asaltos sexuales a robos y la policía dijo que sus pesquisas están centradas en los inmigrantes ilegales norteafricanos, así como a personas que buscan asilo.
