Su nombre lo pronuncian a lo largo y ancho del territorio nacional sin distinción de edades, clases, ni sexos: Altagracia o Tatica, la de Higüey, protectora de la República Dominicana y madre espiritual de cada dominicano, considerada parte de la identidad nacional.
En República Dominicana, una de cada trece mujeres se nombra Altagracia, como si sus progenitoras quisieran rendir tributo a la virgen, con sus sucesoras.
En tiempos tan difíciles como los de ayer y los de hoy, la mayoría se afianza en esa fuerza divina que permita superar las vicisitudes que afectan.
Ojalá que la protección de la santica ilumine a quienes acompañan el gobierno de Danilo Medina, a él mismo, y a quien resulte ganador en las elecciones de este mayo de 2016.
En la responsabilidad de guiar los destinos de este pueblo también pesa la necesidad de eliminar violencias, feminicidios multiplicados y el narcotráfico que reaparece una y otra vez, con ropajes novedosos y ante el escepticismo de una sociedad que reconoce en algunos otrora jefes antidrogas, hoy cómplices del sucio negocio.
Que la virgencita guíe los destinos de esta nación, que el futuro sea más seguro y mejor: dominicanas y dominicanos lo necesitan y lo merecen.
Virgen de la Altagracia
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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