“La pelota nuestra es dramática, si ganamos lo hacemos así, si perdemos pasa lo mismo”, comentaba el colega Rafael Arzuaga, en una especie de mesa redonda o ágora beisbolera que los periodistas armamos aquí sobre la actuación del conjunto cubano Tigres de Ciego de Ávila en la presente Serie del Caribe.
Y aunque en un debate sobre béisbol, y si es de periodistas no tiene fin, ponerse de acuerdo es algo surrealista o extraterrenal, al periodista de Prensa Latina no le falta razón y su frase podría ilustrarse con este propio certamen, desde que la Mayor de las Antillas regresó en febrero del 2014, en la edición que se jugó en Isla Margarita, Venezuela.
Entonces Villa Clara fue Cuba y le tocó descansar el último día de las preliminares, al cual llegó con balance negativo de 1-3. Dependía de lo que hicieran otros para poder acceder a semifinales, lo que finalmente no ocurrió. En san Juan, Puerto Rico, el pasado año se repitió la misma situación: asueto el día final con idéntico saldo de 1-3 y para colmo de semejanzas, ese único triunfo como en la porfía margariteña fue ante un elenco boricua. El dramatismo alcanzó hasta la novena entrada cuando la selección del borinque, con la misma camiseta de hoy, la de Cangrejeros de Santurce, se impuso a la dominicana abortando un triple empate que no le hubiera favorecido a los Vegueros de Pinar del Río, la credencial de Cuba en aquella justa.
El resto de la historia del 2015 es conocida, remontada sensacional de los de Vueltabajo para vencer a Venezuela, con Fredrich Cepeda inmenso en el cajón de bateo y luego en la final Yulieski Gurriel decidiendo, sí decidiendo, el partido por el trofeo de campeón con su jonrón por el jardín izquierdo en la séptima entrada ante el pabellón mexicano de Tomateros de Culiacán.
Aquí las emociones, que no siempre es sinónimo de calidad, han puesto todo el dramatismo justo también para el día final, para el último juego del programa de la primera ronda.
Hoy se decide la suerte del país campeón defensor, Cuba, en esta 58 Serie del Caribe y la de la nación anfitriona, representada por los Leones del Escogido. Ninguna de las dos plantillas ha podido ganar un partido, por lo cual el de hoy, desde las 7:50 de la noche, hora local (una antes en La Habana), además de ser el de la honrilla, otorgará a uno de los dos el pase a la cuadrangular semifinal de mañana.
Desde el retorno en Margarita, las selecciones de la Mayor de las Antillas no han vencido a las quisqueyanas. En aquel reestreno del 2014, Tigres del Licey vapuleó a Villa Clara 9-2 y el pasado año, en San Juan, Gigantes del Cibao se impuso con cómodo marcador de 6-1.
En la presente contienda aunque el balance de victorias y derrotas es de 0-3 para los dos aspirantes, hay diferencias. Ambos han estado muy mal a la ofensiva, pero la cubana hasta ahora es mucho más deficiente: solo 202 de manera colectiva; es el equipo que menos ha anotado (5), el único, además, que no pasa de 10 en la justa; solo dos extrabases, un doble de Yulieski Gurriel y un triple de José Adolis García. Es por mucho también el de peor OBP (245) y el más pálido OPS (476). El mayor de los Gurriel es el mejor bateador cubano, el único que aparece entre la decena vanguardista del certamen, con 429. Ningún otro pasa de 300 de average.
Los del Escogido compilan al bate 237, con cinco batazos de dos bases o más, entre ellos tres cuadrangulares, la selección que más ha sacado la pelota del parque en la lid. OBP de 286 y OPS de 616.
En el pitcheo, los Leones lanzan para efectividad de 3.13 carreras limpias por juego de nueve entradas, mientras los tigres avileños muestran un desastroso 7,96. Los lanzadores de casa han regalado ocho boletos, sin embargo sus adversarios de hoy suman la aberrante cifra de 21, a siete por juego. Como si fuera poco, los pitcher de Roger Machado son los que menos ponchan, solo 13, en tanto los locales son los segundos en este apartado, con 24 (ocho por desafío).
Ninguna estadística tras lo hecho en el terreno de la Serie del Caribe-2016, apuntala un vaticinio favorable a los de la Mayor de las Antillas para el crucial choque de esta noche. Tampoco había predicciones que situarán a Leones del Escogido en tan engorroso trance.
La única arista que muestra en ventaja a los de Ciego de Ávila es la última imagen de los dos elencos. Escogido no ha podido sostener las ventajas en los dos choques precedentes, perdiendo lo que parecían dos victorias claras y las causas han sido violar los fundamentos del béisbol. No anotar con bases llenas y un out en la apertura de la novena frente a Puerto Rico y no defender un favorable 4-0 ante Venezuela. En ambos choque los códigos de la pelota no perdonaron y la sede cayó en dos extrainnings. En contraste, los cubanos en la salida de ayer, sin jugar bien a la pelota, mostraron su mejor cara.
Más allá de lo que ha pasado, habrá que ver qué sucede esta noche y comprobar lo que sea capaz de hacer el que se llevé el último pasaporte a la cuadrangular semifinal de este sábado.
