Resulta que una nota informativa anuncia que a partir del próximo curso, los estudiantes de la Universidad de Texas (UT), en EE.UU., de las más grandes, con unos 50.000 estudiantes, podrán llevar armas a clases junto con sus computadoras o libretas de apuntes, según decisión asumida hace unos meses por las dos cámaras legislativas, controladas por los republicanos.
Aunque el rector de la Universidad, William McRaven, exmilitar, quien tal y como apunta la información, comandó la operación en la que murió Osama Bin Laden, se opuso y expresó que las armas no tienen lugar en una institución de enseñanza superior, cuya misión es investigativa y educativa; así como otros profesores y estudiantes apoyaron este criterio, quienes están de acuerdo con la medida, exponen arbitrariamente que un estudiante armado podría prevenir un tiroteo.
Y la pregunta es ¿previenen o incentivan el derramamiento de sangre? Uno de los profesores, Premio Nobel de Física en la UT, Steven Weinberg, alertó que prohibirá la entrada a sus clases a estudiantes armados. Otros maestros han asumido posiciones semejantes, en tanto que se prevé el inicio de dicha normativa en el 50 aniversario del día más triste de la historia de la Universidad, apunta la nota, cuando “una matanza protagonizada por un estudiante dejó 14 muertos y una treintena de heridos en el campus de Austin”.
Ironías inauditas ¿verdad?
¡Inaudito!
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