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Meditadundo. Cortos

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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El político como humano es un enigma, y el desafío, ese conocimiento de sus acciones, nos presenta a Protágoras quien expresó: “El hombre es la medida de todas las cosas”. Sócrates indicaba: “El hombre es el centro de todas las medidas”. Como en medio de una indagación con la máxima de Tales de Mileto: “Conócete a ti mismo”. Revelando que el hombre no posee una naturaleza definida. Ningún hombre tiene un patrón natural de acción establecida, las acciones los distintos individuos difieren. El transfuguismo es un buen ejemplo.
 
El amante de lo ajeno no puede invalidad, la pureza de la acción a la humanidad. Su poder enriquecedor de pocos segundos es el reloj de la conciencia que no tolera vivir en contradicción con la razón propia de su natura. El mal interior se anida en el que lo crea. Y las gotas lagrimales saben por el dinero que ocupa el lugar del amor y la fuerza de la corrupción la empuja.
 
Sabemos que la muchedumbre actúa sin recordar. El que medita no se confunde, conoce al hombre después de haberlo observado estando en el poder, echando de menos a los pocos honestos. La mayoría tránsfugas perversos, los sitúo como dicta la ley que desapareció en el Siglo XIX: Muerte Cívica.
 
La justicia y la honestidad son los dos pulmones que el dominicano reclama para respirar, vivir como humano, y no como víctima de la corrupción que le extirpa todo lo vital. El sistema no da respuestas y orientación siquiera al modo de ser, pensar y de vivir del pueblo llano. Los impuestos opresivos incrementan sin límites las necesidades del pueblo desposeído, es una calamidad peor que la condena de destierro que impusieron los Treinta Tiranos a los ciudadanos principales de Atenas.
 
Nuestro invitado de hoy: Juan Pablo II: “No hay verdadera paz, si no viene acompañada de igualdad, justicia y solidaridad”.

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