Estado masculino

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||

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Sin entrar en esas disertaciones acerca de cómo tratar una palabra u otra, y pese a que hay quienes se niegan a emplear lenguaje de género en sus diálogos y lo que escriben, lo cierto es que lo que no se nombra se invisibiliza, y definitivamente se excluye.
 
Todo esto viene a razón de esa fecha reciente que conmemoramos, Día Internacional de la Mujer, efeméride por la cual muchas reflexiones tuvieron lugar, algunas con eco y otras con menos notabilidad, pero todas oportunas, porque dedicar el pensamiento a algo debe dar alguna vez sus frutos.
 
Por ejemplo, un comunicado publicado por la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, conocida como ONU- Mujer, resaltó que para impulsar la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, habría que enfrentar los desafíos en materia de empleo, representación política, acceso a la justicia y a las tecnologías de la información, salud sexual y reproductiva, y violencia hacia las mujeres. De igual manera, el organismo urgió “hacer frente a la falta de participación política de las mujeres, quienes a pesar de representar el 52% del electorado, sólo ocupan el 19.8% de los cargos en el Congreso Nacional”.
 
En la República Dominicana, aunque se reconocen las batallas que se libran para lograr la equidad de género, dos mujeres que ocupan cargos públicos importantes, como Alejandrina Germán, ministra de la Mujer, y la presidenta del Senado, Cristina Lizardo, primera dominicana que ocupa este escaño, reconocen que aunque se ha incrementado la participación femenina en la política, aún sigue siendo baja, y valoran este año electoral como una oportunidad para impulsar propuestas de políticas públicas a favor de las mujeres.
 
Las palabras de Guadalupe Valdez deben servir de reflexión y pautas a seguir, pues la candidata a diputada por el partido Alianza País en el Distrito Nacional, habló de la necesidad de transformar “la mirada de un Estado patriarcal, en el cual sus instituciones tienen que ser resignificadas”, y resaltó una nomenclatura que inspira acciones y políticas públicas impostergables, sobre todo si se piensa en la cantidad de feminicidios que la nación llora año tras año: “Todavía hoy el Estado dominicano es esencialmente masculino, lo cual tenemos el compromiso de cambiar, para lograr una igualdad necesaria que reduzca la brecha entre hombres y mujeres”.