Los hechos de violencia continúan conmoviendo la opinión pública en el país y las reflexiones son múltiples, hasta concluir que resulta impostergable apaciguar los ánimos, o mejor ni pensar en lo que puede continuar sucediendo… Porque, si sumamos a los asaltos, robos y atracos cometidos por delincuentes en las ya no apacibles calles, enfrentamientos entre figuras políticas que concluyen con muertes inexplicables, entonces la pregunta es ¿a dónde hemos de llegar?
La muerte del exrector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Mateo Aquino Febrillet, ha despertado inquietudes y más…Diversas personalidades del ámbito político y de muchas otras esferas, lamentan la manera en que el también candidato a senador por San Cristóbal fue ultimado.
“Ni política ni ningún interés particular o colectivo justifica el asesinato de un ser humano tan valioso como el doctor Aquino Febrillet”, declaró el embajador dominicano en Washington José Tomás Pérez y el presidente Danilo Medina, tras expresar su pesar por el crimen del maestro, en medio de una discusión política, llamó a la ciudadanía a la paz, la convivencia y el respeto a la vida.
Representantes de instituciones, organismos y personas de todos los sectores de la nación no pueden esconder la pesadumbre que provocan hechos de esta envergadura, que no tienen explicación- ningún acto de violencia lo tiene-, pero ¿cómo pueden quienes representan a las mayorías en su cargos políticos u otras responsabilidades obrar de manera tan carente de dominio e incomunicación humana?
¿Violencia política?
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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